Llega un momento en toda empresa donde las herramientas con las que hemos estado trabajando, por lo general ofimática, se vuelve ineficiente. Es ese momento cuando la ofimática se vuelve más una carga que una solución. Lo complicado muchas veces es saber reaccionar a tiempo.
Lo normal es que el mecanismo que hemos diseñado para trabajar ya sea algo conocido y en el trabajo diario resulte más o menos efectivo. Al fin y al cabo una vez puesto en marcha se van acostumbrando los usuarios a su uso y el hábito hace que sea más o menos sencillo trabajar con estas herramientas.
Porque el primer paso es detectar cuándo ha llegado el momento del cambio. Es en este caso lo habitual es cuando nos toca encontrar un documento que hemos creado y no conseguimos encontrarlo de forma rápida. Es aquí donde muchas veces que la hoja de cálculo no nos basta.
Por supuesto si tienen que trabajar varios departamentos con los mismos datos, en poco tiempo se vuelve inmanejable. Las copias de las hojas de datos, las versiones de estos documentos van pasando de departamento en departamento y no tardan en producirse incoherencias.
En lo que respecta a las soluciones cada empresa debe tener claro que necesita. Es muy importante ser conscientes de la cantidad de datos que acumulamos para encontrar la solución apropiada. A veces basta con soluciones sencillas y que no tienen un gran coste de implantación para tener una mejora importante. No estamos hablando de un ERP, sino de una base sencilla que soluciona muchos de los problemas.
En muchos casos el mayor problema es el inmovilismo de la empresa y empleados que prefieren seguir como están sin atreverse a invertir el tiempo necesario en implantar una solución adecuada para resolver el problema. Muchas veces no tenemos tiempo para hacerlo porque se lo estamos malgastando con herramienta ineficientes.
En Tecnología Pyme | ¿CRM? No gracias, tengo una hoja de cálculo
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