Una de las cuestiones que siempre me ha puesto muy nervioso en muchas empresas es ver como se gestionan algunas cuestiones relacionadas con las herramientas que tienen para ejercer su trabajo. En algunos casos graves es patológico el desinterés tecnológico de los empleados. No solo tenemos que trabajar, sino que debemos procurar cuidar las herramientas de trabajo que nos proporcionan.
Seguro que no es la primera vez que veis como alguien intenta imprimir un documento y hay que cambiar el tóner. Uy, es que yo no se como se cambia! Suele ser una expresión muy común. Es que siempre lo cambia, XXX, es otro de los greathest hits que se entonan a coro en estos casos. ¿Os imagináis que un taxita, no supiera ponerle gasolina a un coche?
No es un problema de habilidad. En la mayoría de los casos el problema es de absoluto desinterés. Se abdica de la formación básica respecto a las herramientas tecnológicas que nos rodean y que usamos a diario. No es responsabilidad del usuario, sino más bien de los responsables de cada empresa, que permiten que esto ocurra.
Además se produce el “efecto avestruz” cuando un empleado viene con alguno de estos problemas, sencillos y que deberían saber resolver, ves a otra persona que sabe como se soluciona mirando hacia otro lado. Al final el que no abdica de los problemas tecnológicos está cansado de ser siempre el que tiene que cambiar el tóner, quitar el folio atascado o limpiar el cristal del escáner para solucionar pequeños problemas que todos los usuarios deberías saber como solucionar.
Son pequeñas cuestiones de mantenimiento que debemos saber resolver. Si es necesario, se realiza una pequeña formación con el departamento técnico, pero no podemos parar porque no sabemos cambiar un cartucho de tinta, un tóner o ¡apareció un mensaje en la pantalla, y no sabía que hacer! Para empezar leerlo.
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