Es muy fácil decirlo, pero seguro que para muchos muy complicado llevarlo a la práctica. Para algunos puede que sea imposible llevarlo a cabo, por distintos contratos con los clientes que tienen, donde a veces el mantenimiento o la asistencia ante un problema urgente es imprescindible... Son casos extremos, dónde tenemos que estar localizables, pero son mucho más frecuentes de lo que puede parecer.
En estos casos de fuerza mayor, donde el móvil tiene que estar conectado podemos aplicar la regla de los cinco minutos, donde tenemos cinco minutos para revisar si tenemos algún mensaje a primera hora de la mañana y a media tarde. De esta forma podemos ver si tenemos o no algo urgente que nos haga modificar los planes. Por supuesto, todo lo que no sea urgente queda aparcado.
Si no queremos llegar a un grado tan extremos y sabemos gestionar nuestro teléfono, podemos dejar todas las notificaciones en silencio, dejando activas sólo las llamadas. Claro que esto depende de cual sea la vía de comunicación preferente con nuestros clientes. Esta opción funciona bien si nuestros clientes contactan con nosotros a través de correo electrónico o mensajería instantánea.
Por último, si somos unos usuarios de uso constante del dispositivo yo evitaría usarlo también para nuestro ocio personal, para no caer en tentaciones. No pasa nada por dejar el móvil aparcado en vacaciones, aunque sea una tarde, una mañana que nos bajamos a la playa, estamos con la familia o intentando relajarnos. ¿Podríais hacerlo vosotros?
La verdad es que muchas veces no somos conscientes de la dependencia que nos crean estos dispositivos, lo enganchados que estamos o el problema que supone a veces quedarnos sin batería, cuanto también puede ser un alivio o una solución al estrés que llevamos en el día a día.
En Tecnología Pyme | ¿Cuánto depende el trabajo del autónomo de su smartphone?
Imagen | Pixabay