El software mágico no existe, los ordenadores y el software son meras herramientas que facilitan el trabajo, pero no lo hacen por sí mismas. El problema aparece cuando el empresario o el cliente no es consciente de esta realidad.
Todos hemos sufrido en nuestra experiencia profesional a alguno que cree que eso que nos está pidiendo, se puede hacer pulsando una tecla del ordenador, usualmente piensan que con darle a la tecla “imprimir”, ya está ese informe listo, o ese proyecto, o lo que sea. No sé qué ordenadores habrá visto esta gente, pero yo aún no he encontrado ninguno con la tecla imprimir, lo más parecido en Windows es la combinación ctrl+P (que mucha gente no sabe ni que existe).
Esa falta de conocimiento sobre las posibilidades de los ordenadores provoca situaciones no deseables en la empresa, como la que a continuación describo:
El jefe te pide para mañana a primera hora una infografía como la que ilustra el artículo, pero con una resolución muy alta, como para poner en un gran cartel de obra. Partiendo de la base de que ya tenemos hechos todos los pasos previos, modelizado, colocación de luminarias, texturas, etc., y que solo queda ordenarle al programa que renderice; un ordenador convencional puede tardar entre 8 y 48 horas en renderizar la escena, si luego hay que procesarla con otros programas para adecuarle el fondo y terminar de adecentarla, puede ser un par de horas más mínimo (si teníamos algo de trabajo adelantado). Si el jefe se ha comprometido a tener esa infografía para mañana, lo más probable es que quede mal con el cliente y nosotros llevemos una inmerecida bronca.
La culpa en este caso no es del cliente por pedir imposibles, sino del jefe que no es consciente de que eso es imposible.
El software no es más que una mera herramienta, no suele bastar tampoco tener el programa más caro del mercado, ni el que renderice más rápido si el personal no lo sabe manejar.
Que alguien escriba un premio Planeta utilizando el Word, no significa que el Word sea capaz de escribir premios Planeta (y mucho menos dándole sólo a la tecla imprimir).
Tampoco es la solución
un sofware hecho a medida, por muy bien hecho que esté, si no hay alguien detrás manejándolo, no sirve de nada, ni siquiera aumenta nuestra productividad por muy bien programado que esté si quien lo usa no sabe todas sus características.
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Imagen | Fran Carreira