En el momento en el que nos planteamos la adquisición de un equipo informático aparece la disyuntiva de cual será el más adecuado para el trabajo que vamos a realizar con él, o al menos así debería ser. Es la pregunta fundamental en cualquier ámbito, pero sobre todo en el empresarial. Las opciones de configuración son amplísimas, y sin conocer a fondo las posibilidades existentes es muy dificil acertar con lo más adecuado en cada caso.
No es mala idea tener claros los requerimientos básicos a modo de check list a la hora de enfrentarnos a la compra de uno o varios ordenadores, una guía que nos permita ir descartando soluciones hasta dar con la más adecuada. Hay que aplicar la máxima de busca, compara y si encuentras lo mejor… Permitidme aportar una serie de consideraciones que quizá os ayuden a fundamentar vuestra decisión:
- Uso que vamos a hacer de él: parece obvio, pero en ocasiones nos cegamos por que tenga lo último de lo último. No sólo va a ser más caro, si no que posiblemente no rentabilicemos esa inversión extra debido a que no vamos a utilizarlo. Hay que ajustarse a las necesidades, pero sin pasarse. Debemos tener en cuenta que vamos a utilizar ese equipo durante cierto tiempo y ser conscientes de que nuestras necesidades pueden cambiar.
- Clónico o de marca: mi opinión para empresas es de marca. No creo que los ordenadores clónicos sean malos, pero no pasan por las mismas pruebas y tests que los de marca, cuyas configuraciones están más probadas y suelen tener menos problemas de compatibilidad en sus componentes. Evidentemente, cualquier ordenador puede fallar, independientemente de su origen.
- Soporte del producto: indispensable para cualquier empresa y más para aquellas sin personal técnico. Es importante asegurarse de que en caso de problemas tenéis alguien a quien acudir para que los solucione. Da igual que sea vuestro amigo de la tienda de informática de al lado o el servicio de soporte de la marca que habéis comprado, lo importante es asegurarse de que serán rápidos y efectivos.
- Compatibilidad con lo que ya tenéis: tanto software como hardware deben ser capaces de funcionar sin problemas con los periféricos y soluciones de las que ya disponéis y váis a utilizar. Si el equipo viene con un sistema operativo diferente a los que están en uso en la empresa, aseguraos de que se entiende bien con el resto.
- Posibilidades de ampliación: en ocasiones añadir una pieza o nuevo componente es suficiente para prolongar la vida del equipo, aseguraos de que es posible hacerlo. Con los ordenadores clónicos esto no suele suponer un problema, pero algunas de las configuraciones de los ordenadores de marca están tan aquilatadas y al límite que luego no te van a permitir modificarlas o mejorarlas.
Naturalmente existen más puntos a tener en cuenta, desde el diseño hasta el espacio disponible para ubicarlo, tantos como posibles usuarios. Estos son sólo algunos apuntes útiles para evitar en lo posible una compra compulsiva de la que nos arrepintamos después (las empresas las formamos personas, y tenemos nuestras debilidades).
Foto | martyb50