Yo soy un firme defensor de los descansos, descansos activos, programados, que nos permitan recuperar fuerza, creatividad, que nos ofrezcan la desconexión emocional necesaria de nuestro negocio. Y esto muchas veces no basta con irse de vacaciones, sino que tenemos que dejar el móvil y el portátil apagados y en casa.
No todas las actividades profesionales tienen la misma dependencia de la tecnología, ni nos reclaman atención constante. Pero en todas las que tienen algo que ver con Internet, con redes sociales, venta online, etc. muchas veces, sin darnos cuenta nos vemos pegados a nuestro teléfono móvil mientras estamos un sábado por la noche cenando con los amigos.
Y al final no paramos de estar pensando en el trabajo en todo momento. Este puente es lo suficientemente corto para que muchos se puedan permitir parar, y a la vez, un poco más largo que un fin de semana, por eso es una oportunidad perfecta para realizar una desconexión total que nos permita afrontar el final de año con la frescura mental necesaria para hacer un buen cierre de ejercicio.
Ir a un lugar sin conexión es una medida extrema, pero en algunos casos más que necesaria para casos que muchos podrían catalogar de adicción al trabajo. Puede parecer raro, pero en determinados colectivos, sobre todo de trabajadores por cuenta propia, no es extraño este tipo de cuestiones.
En Tecnología Pyme | El community manager no puede irse de vacaciones Imagen | Feliciano Guimarães