A nivel productivo tengo la sensación de que vivimos en un país donde se aprecia más el presentismo que la productividad. Es decir, se valora más al empleado que se queda en su mesa esperando a que salga el jefe aunque no tenga nada que hacer que al otro que es eficiente en su tarea y una vez finalizada decide marcharse a casa al finalizar su horario laboral. Así que por este lado el uso del smartphone no debería ser un problema.
Para mi las distracciones en el trabajo siempre han aparecido por la parte de la relación con otros compañeros. El mismo que compartía contigo los powerpoints de gatitos a través del correo electrónico de la empresa, los seguirá compartiendo ahora a través de WhatsApp, Facebook o cualquier otro método.
Por este lado la empresa sale ganando. El volumen de datos debido a los adjuntos disminuirá, además los peligros asociados a los mismos también dejan de ser un problema. Y el correo de la empresa se usa para lo que siempre ha estado pensado, el ámbito laboral. Claro que muchas no lo ven así, y sólo piensan que el trabajador está perdiendo el tiempo.
Personalmente estoy a favor del uso del teléfono privado. Aunque depende de cada uno ser consciente del volumen de trabajo que tiene pendiente. Cuando tienes mucho trabajo no vas a dejar de hacerlo para atender un mensaje que te ha llegado al móvil, y si esto ocurre tendremos un problema con ese trabajador. El smartphone puede ser un síntoma, pero no es el problema y eso es algo que deben plantearse las empresas.
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