Se trata de comprobar qué herramientas estamos ya utilizando en la nube, que programas seguimos utilizando instalados en nuestros equipos o si estos podemos utilizarlos online. O buscar una alternativa que nos permita trabajar desde la nube. Mi impresión es que para la mayoría de las empresas no será una opción.
Adiós al escritorio clásico
Si una de las grandes críticas que se ha realizado a Windows 8 RT ha sido la transformación del escritorio o no poder usar los programas con los que trabajan habitualmente, se encontrarán en la misma situación. Dependemos de los programas que podemos utilizar a través del navegador y las aplicaciones de Google Chrome, pero poco más.
En este sentido son pocas las empresas que puedan renunciar a algunos programas que tienen instalado en los equipos, y aunque existan equivalentes en la nube, no se alcanza la misma productividad que con los programas instalados. Un buen ejemplo es Excel, donde las versiones online tienen una funcionalidad mucho más reducida.
Una prueba que podemos realizar para verificar si podemos trabajar sólo en la nube es conectar el smartphone a una pantalla externa y un teclado, de manera que trabajamos sólo con aplicaciones que tenemos en Internet, y aquí las tiendas de aplicaciones de móviles tendremos más alternativas, pero nos servirá para hacernos una idea de como sería nuestro día a día.
Almacenamiento también en la nube
Pero a parte de los programas, también tenemos que estar dispuestos a tener nuestros datos en la nube, algo a lo que se resisten muchas empresas, sobre todo en determinados ámbitos de negocio, como pueden ser la gestión de clientes, el Business Inteligence, etc.
Hoy en día tenemos programas y servicios online que hacen posible trabajar en la nube, aunque quizás no sean suficientes para abandonar del todo el escritorio. Se van dando los primeros pasos en algunas empresas, pero quizás es un poco pronto para abandonar totalmente el escritorio y basar nuestro trabajo sólo en la nube.
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