Por un lado para la administración supone un gran ahorro de personal, de tramitación de una serie de cuestiones que ya no pasarán por ventanillas. Por otro lado, para las empresas supone un gran ahorro de tiempo, ya que no se tienen que desplazar a las distintas sedes de la administración para dar de alta un contrato o para presentar la liquidación del IVA, por ejemplo.
Obligaciones para las empresas, beneficios para la administración
El problema es que no todas las empresas son iguales. Aquí existen dos grandes bloques, por un lado aquellas que llevan todos estos trámites con sus propios empleados, donde les exige estar al día de las nuevas normativas y obligaciones, los cambios en el sistema, en las formas de identificarnos, etc. Para estas empresas ha supuesto una mejora en el tiempo que dedican a estos trámites.
Luego están otras que tienen delegadas estas tareas a gestores que les llevan los impuestos, trámites con la seguridad social, etc. En teoría también deberían salir beneficiados, ya que los gestores al presentar de forma telemática tendrían que perder menos tiempo en los desplazamientos a las distintas administraciones.
Las principales perjudicadas son las empresas y autónomos que se ocupaban ellos mismos pero acudiendo a la administración, donde además podían resolver en muchos casos sus dudas de forma presencial antes de presentar y que ahora se ven más desprotegidas, donde muchas de ellas no tienen ni siquiera una buena relación con los ordenadores. Esto lo hemos visto de forma clara a la hora de presentar las declaraciones de IVA obligatoriamente de forma telemática.
Falta de unificación del sistema de las distintas administraciones
Cada administración desarrolla sus propios sistemas aumentando la confusión de las empresas
Pero además cada uno de las administraciones va un poco por su lado. Es cierto que la Agencia Tributaria es puntera en la administración electrónica, y el resto de administraciones van un poco por detrás. Sin embargo, en lugar de sumarse a las iniciativas, crean las suyas propias. Un ejemplo es el registro de apoderamientos, que permite delegar gestiones a un gestor.
Pero también para las empresas existe una gran confusión con la cantidad de sistemas existentes para identificarnos y acceder a las distintas sedes electrónicas. Firma electrónica con certificado para instalar en el navegador, en tarjeta criptográfica, DNIe, o el más reciente PIN24H de la Agencia Tributaria.
Todo esto provoca una gran confusión, sobre todo para las empresas que están comenzando o las de nueva creación, o simplemente las que con un cambio legislativo se ven obligadas a realizar determinados trámites de forma telemática. Y todo esto pensando que todo funcione bien y no haya algún problema en la administración.
Quizás al final todo se facilitaría si las propias administraciones pusieran puestos informáticos con asistencia en sus sedes para presentar impuestos, algo que no siempre está disponible. De esta forma se solucionarían muchas dudas y miedos que tienen las empresas menos acostumbradas a tratar con estos temas.
En Tecnología Pyme | ¿Qué ocurre cuando la Administración electrónica no funciona correctamente? Imagen | Beatrice Murch