Es una buena opción, siempre que tengamos alguna disponible instalar una tarjeta gráfica dedicada, de manera que no comparta recursos con el procesador y la memoria del equipo. Sobre todo porque en lo que respecta al rendimiento de determinadas aplicaciones el problema no se resolverá sólo con memoria, sino que necesitaríamos una tarjeta que ayudara al procesador y mejorara la velocidad general del tratamiento de gráficos en el equipo.
Por lo general suele ser más cara que adquirir más memoria, aunque tampoco mucho más, dependiendo de marcas y modelos. Por otro lado debemos considerar que nuestros equipos una parte de la memoria RAM ya se dedica a la tarjeta gráfica integrada que llevan. La cantidad de memoria que le dedicamos podemos definirla directamente desde las opciones de la BIOS.
Los resultados que podemos obtener mejorando la tarjeta gráfica son realmente excelentes, dejando que un equipo que prácticamente no podíamos utilizar pueda funcionar con un rendimiento bueno de nuevo. Podemos dar una segunda juventud a nuestros equipos de manera que exprimimos el hardware un poco más y alargamos el ciclo de vida de los equipos.
Y es que los equipos de perfil ofimático suelen llegar cortos de prestaciones ya en muchos casos a las empresas. Se piensa que para abrir un documento de texto y poco más no hace falta mucho, pero en el funcionamiento diario nos damos cuenta que utilizamos, en muchos casos, cada vez más herramientas de manera que una pequeña inversión o la reutilización de la tarjeta gráfica de otro equipo puede mejorar en gran medida su rendimiento.
En Tecnología Pyme | Reutilizar componentes antiguos en los equipos nuevos