En este sentido cada vez son más las empresas que valoran la información que el candidato ofrece de forma pública en las distintas redes sociales. Y aquí no me refiero a redes sociales profesionales como Linkedin, sino más bien a redes de perfil más general como pueden ser Facebook, Twitter, Tuenti, etc.
En nuestro país no es habitual que los candidatos incluyan aficiones en su currículo, pero en el ámbito europeo es más normal. Nos permite tener un referente de cómo es el candidato al empleo fuera del mismo. Con las redes sociales tenemos acceso a estos datos, pero también a cómo se comporta el candidato en ámbitos fuera del laboral.
Todo suma, en definitiva, para elegir al candidato que más se adapte a nuestra empresa. Y esto no es ya una cuestión de currículo, sino de otras variables que tenemos que considerar. No dejan de ser una herramienta más de cómo puede comportarse el empleado en su puesto de trabajo.
Las redes sociales son un reflejo de lo que somos, sobre todo en los momentos de ocio, ya que nadie sube una fotos suya en su mesa de trabajo, pero si cuando hemos salido a comer el fin de semana. Los perfiles se muestran sin adornos para las empresas, porque la mayoría de los candidatos no lo van actualizando en función de si vendrá un reclutador a visitarlo para un puesto de trabajo.
Vía | Pymes y Autónomos En Tecnología Pyme | Ventajas e inconvenientes de tener las redes sociales abiertas en la empresa Imagen | opensourceway