En una entrada anterior os habíamos presentado LinExPYME, una solución completa que consta de un sistema operativo Linux basado en Debian junto con un paquete de aplicaciones enfocadas a la gestión de las pequeñas y medianas empresas. Tras unos días probándolo os vamos a comentar la impresión que nos ha causado y que tal lo vemos de funcionalidad y rendimiento.
En cuanto a la instalación, si ya habéis utilizado Linux en alguna ocasión no tendréis demasiados problemas. Toda la configuración funciona mediante un instalador gráfico que nos va guiando por las diferentes opciones que tenemos que seleccionar. En mi caso no tuve dificultades con la detección del hardware, detectó bien las particiones de mi disco duro y el formateo automático funcionó sin problemas.
Además del software de gestión, incluye en la instalación la suite OpenOffice, aunque todavía en su versión 2.0, cuya actualización no debería suponer ningún problema gracias al sistema de paquetes que utiliza Debian. Junto a éste, incorpora una utilidad para enviar y recibir faxes (Gfax), calculadora, diccionario de la RAE y un compresor de archivos.
- Escritorio: utiliza GNOME, adaptado a un entorno para empresas en el que se han dejado únicamente las opciones que vamos a utilizar. Especialmente acertado me parece el panel de control que han utilizado, sencillo y con todas los parámetros que podemos tener la necesidad de configurar a mano.
- Menús: los menús ya son otra historia. No entiendo el porqué han optado por renombrar las distintas opciones con denominaciones distintas, y me explico. Al procesador de textos lo han llamado Espronceda, a la hoja de cáculo Cáparra, y así con los demás elementos disponibles. Lo único que consiguen con esto es marear la perdiz.
- Aplicaciones de gestión: los paquetes de contabilidad, facturación, nóminas y recibos no tienen nada que envidiar a cualquier alternativa de pago. Su funcionamiento y las opciones que incorporan los hacen perfectamente válidos para cualquier empresa de tamaño pequeño o medio. Podemos trabajar tanto en local como configurar un entorno cliente-servidor, en el que centralicemos la ubicación de nuestras bases de datos en un único equipo al que accedan los distintos ordenadores.
En la primera ejecución de cada una de las aplicaciones de gestión se crean las bases de datos con las que vamos a trabajar (utiliza MySQL), y lo único que debemos tener en cuenta es que hay que aceptar las opciones que nos ofrece por defecto para que genere estas bases de datos correctamente, una por cada aplicación.
Conclusiones
En general, la solución se aproxima bastante a lo que debería ser un sistema Linux para ordenadores empresariales. Le queda todavía mucho camino por recorrer, pero la impresión general es muy buena. Creo que han acertado potenciando funcionalidad y simplicidad sobre la novedad. Es cierto que la versión disponible en la actualidad es del año 2006, pero es muy estable, lo que para mí debería primar sobre otras consideraciones en un entorno de trabajo.
En todo caso, siempre tenemos la posibilidad de elegir una distribución más actualizada e instalar luego el software de gestión por separado, aunque sin ir más lejos, Windows XP, sistema con el que muchos trabajamos, se lanzó en el año 2001, así que tampoco éste es tan añejo ¿verdad?.
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