Supongo que el principal problema se encuentra en las comisiones a cobrar, ya que hasta ahora realizar un pago con el móvil tiene un coste asociado en forma de comisión que se paga directamente por el consumidor, no queda como ocurre con las tarjetas de crédito, repercutido en el precio del artículo y el consumidor siente que lo paga él directamente y si pagara en efectivo esa comisión no la tendría. Es más un efector psicológico que real ya que al principio ocurría lo mismo con el pago con tarjeta que tenía en algunas tiendas un descuento equivalente a la comisión si se pagaba en efectivo y al final con la adopción masiva del pago con tarjeta se eliminó este descuento. Por otro lado las operadoras móviles también añaden su parte a la factura, con lo cual si este servicio se planteaba como la sustitución del pago en efectivo para artículos de bajo coste resulta que el pago de algo de bajo coste tiene porcentualmente un sobrecoste elevado en relación a si pagamos en efectivo. Por lo tanto el consumidor no lo asume como algo necesario y útil, por lo tanto ni lo valora ni lo utiliza. Para el comerciante minorista puede suponer un valor añadido en el negocio, pero tampoco puede asumir los costes de las comisiones.
En España hay unas cuantas plataformas que tratan de impulsar este método de pago como pueden ser mobipay o Paybox pero no acaban de conseguirlo. En la primera plataforma se integran las tres operadoras más importantes de telefonía móvil así como los principales bancos. Son estas plataformas como principales beneficiarias las que tienen que proponer soluciones a las administraciones para poder implantar estos servicios de forma generalizada.
Los principales usos en los que se está trabajando son los de recarga del propio móvil, compra por internet, pago de parquímetros, taxis, aparcamientos o en máquinas expendedoras. Uno de los principales avances en los que confía esta industria es en la tecnología NFC (Near Field Communication) en la cual bastaría con acercar el móvil al medio de pago para que éste se realizara. Más comodidad para los usuarios y para los comercios o administraciones que reciben el pago. Hasta ahora son las administraciones públicas las que van por delante y pueden dar el impulso necesario a esta tecnología.
Por último otro tema a comentar sería la desconfianza de los usuarios en la seguridad del sistema. Sólo uno de cada cuatro confía en este tipo de pagos por lo tanto queda un gran trabajo por realizar en este sentido para que se consiga cambiar la tendencia. Yo por mi parte todavía lo veo un poco verde y más todavía en el comercio minorista. El tema de la seguridad no creo que sea tan preocupante pero las comisiones y el coste de los servicios tendrían que ser más bajos para el consumidor. No pueden cobrarte 15 céntimos por pagar en un parquímetro un euro, porque la comisión es del 15 % y no tiene ninguna lógica. Estaremos atentos a ver como evoluciona todo esto.