Lo he visto en muchas empresas. No importa para que se use. De entrada se corta el acceso a todo y a partir de este instante cada trabajador tiene que ir mendigando o justificando el uso que va a realizar de dicha herrramienta. No se limita o amonesta a las personas que han realizado un abuso en el uso de esta herramienta, sino que por lo general se actúa con la política del café con leche para todos.
Y me parece un error. Lo primero porque para muchos trabajadores el uso de Internet supone una descompresión, una forma de limpiar su mente y pasar a otro tema que permite una vez pasado este instante volver a concentrarnos en la tarea para rendir más. Si somos partidarios de la técnica Pomodoro, y yo lo soy, tan importante es focalizar la atención como evadir tu mente en los cinco minutos de descanso de esta tarea.
Al final el rendimiento que he conseguido utilizando alto tan procastrinador como pueden ser las redes sociales, durante cinco minutos, de cada tanda de media hora, es una alto grado de cumplimiento de mis tareas. Lo importante no es cuánto tiempo pasamos en nuestro trabajo, sino cuanto trabajo, cuántas tareas somos capaces de completar al final del día. Todo lo demás es presentismo.
Con Internet pasa un poco esto. Da lo mismo la cantidad de trabajo que hayas realizado este día, lo eficaz que hayas podido ser. Lo importante es que no abras la página del diario deportivo en un acto trivial para evadirte de dichas tareas en un momento dado. Tengamos claro cuándo y a quién hay que limitar el acceso a la red, porque todo lo demás es crear mal ambiente entre la gente que si hace un uso moderado y adecuado de esta herramienta y los demás.
En Tecnología Pyme | Internet Security Controller, herramienta para limitar el acceso a las redes sociales Imagen | Flickr