No hay que confundirlo con el renting de impresoras. La principal diferencia es que un contrato de renting, por lo general no tiene asociados los consumibles de las impresoras, tóner, tambor o fusor, que periódicamente hay que cambiar y de cuyos costes se hace cargo nuestra empresa. El renting nos facilita la impresora por un precio fijo al mes en un contrato de duración determinada, que suele variar entre dos y 5 años.
En el caso del pago por copia, la empresa que presta el servicio habitualmente se ocupa de todo, es decir, mantenimiento, consumibles, reparaciones, etc. quedando a cargo de la empresa únicamente los folios y el consumo eléctrico de la impresora. El tipo de contrato puede variar, con una duración determinada, un número de copias mínimo al mes, etc.
Por lo general el precio de la copia varía dependiendo del modelo de impresora que hemos elegido, el número de copias que realizamos mensualmente, puesto que en este sentido cuantas más copias realizamos más barato suele salir, estableciendo las empresas un sistema de tramos con distintos precios.
Casi todos los fabricantes suelen incorporar este tipo de opción de pago por copia, puesto que de esta manera las empresas evitan tener que realizar desembolsos económicos elevados por la compra de las impresoras. Además suelen tener un gasto fijo más controlado en el precio que pagan por las páginas que imprimen, sin sobresaltos mensuales por reparaciones o cambios de consumibles.
En Tecnología Pyme | HP Office Printing: paga solo por lo que imprimes Imagen | clconroy