Por lo tanto quizás sea un poco prematuro para prescindir de nuestros sistemas de protección. Está claro que si ha desaparecido en tal cantidad es porque las protecciones, la formación a los usuarios, etc. han conseguido que esta actividad deje de ser rentable. Por lo tanto no parece razonable prescindir de los sistemas que frenaban esta actividad en nuestras empresas. Es una labor en la que poco a poco debemos ir comprometiéndonos para que se reduzca el nivel de estos envíos.
En este caso debemos seguir manteniendo las barreras que impidan que estos correos tan molestos lleguen a nuestras bandejas de entrada. Sobre todo es fundamental seguir manteniendo en alerta a los usuarios de la empresa, para que cualquier correo sospechoso que les llegue lo sepan identificar como spam. Además, como país no interesa a nuestras empresas que aparezcamos entre en el puesto 12 a nivel mundial entre los principales países productores de spam.
Generar el spam no requiere ni de grandes inversiones ni de grandes conocimientos técnicos, por lo cual está al alcance de muchas personas. Es una cuestión de rentabilidad. Si se envían diez millones de correos y responde uno, si esta simple cuestión sale rentable está claro que es muy difícil acabar con el spam. Si por el contrario deja de salir rentable el envío de estos correos su número acabará por ser insignificante.
Sin embargo, para las empresas requiere un esfuerzo de inversión a la hora de frenar su entrada en nuestras bandejas así como una pérdida de tiempo de los empleados cada vez que tienen que eliminar un correo de su bandeja de entrada. Sin duda estos recursos a muchos les gustarían dedicarlos a fines más productivos pero lo cierto es que lo único que puede acabar con el spam es la formación de los usuarios para que deje de ser rentable su envío.
Vía | ghacks En Tecnología Pyme | ¿Qué son las listas negras de spam?