Pues la verdad es que yo creo que para la mayoría de las pymes estos temas pasan un poco como la luz por el cristal, sin tocarlo ni mancharlo. Estas cuestiones de pérdida de datos y seguridad de nuestros archivos en la mayoría de las pequeñas empresas están bastante descuidados porque se suelen establecer relaciones de confianza con los empleados que los manejan, si este eslabón falla, quedamos al descubierto. Una parte importante está en concienciar a los usuarios de los problemas que nos puede generar, no ya la pérdida de datos o la entrada de un virus, sino la publicación de datos de nuestra empresa relativos a clientes o proveedores que por descuidos suelen quedar expuestos. Muchas de las sanciones de la LOPD han ido en este sentido. Lo mejor es aplicar el sentido común y no airear según que datos más de lo necesario.
Es una cuestión de cultura, más que tecnológica. Está claro que en un USB o en nuestro teléfono móvil podemos llevarnos una importante cantidad de datos, pero en una empresa en la que estuve trabajando reciclaban el papel y se entregaban informes a clientes en papel que por una cara llevaba el informe solicitado y por la otra información de otros clientes que por un motivo u otro no se había impreso de forma correcta, con lo cual se aireaba de forma gratuita datos que deberían ser confidenciales.
Por eso lo mejor para la empresa es aplicar con rigor criterios para preservar la información, intentar que el círculo de la gente que tiene acceso a la información más sensible sea lo más reducido posible y responsabilizar a los trabajadores que manejan la información. Respecto a la información en formato digital siempre tenemos herramientas que nos permitan cifrar nuestros archivos o documentos importantes, aunque tal vez con utilizar carpetas con acceso restringido en muchas ocasiones es suficiente.
Vía | siliconnews En Tecnología Pyme | Guías prácticas de la LOPD (II): los riesgos de la ofimática Foto | alt1040