Con el descenso de sus precios podemos encontrar discos de mediana calidad entre los 60 y 90 euros de una capacidad que oscila entre los 40 y 120 GB, más que suficiente para instalar el sistema operativo y los programas. Además si adquirimos una caja externa para discos de 2,5" que podemos adquirir por unos 10€. De esta manera podemos usar el antiguo disco duro interno del portátil como externo, sin perder con ello capacidad de almacenamiento.
Una pequeña inversión, un portátil nuevo
Con una inversión que puede estar entre los 70 y los 100 euros nos ahorramos tener que buscar un portátil nuevo. La mejora en el rendimiento es notable. La fluidez con la que se mueven los programas, la velocidad de apertura del sistema, pero también las transiciones entre un programa y otro. Notas que todo funciona como debería funcionar. Sólo hay un pero. Los discos SSD no se llevan demasiado bien con Windows XP, donde su rendimiento no es tan bueno como el esperado.Pero más allá de la inversión que nos puede alargar la vida de nuestro portátil durante dos o tres años, manteniéndolo en condiciones óptimas, la parte positiva es que cuando decidamos renovar el portátil podremos reutilizar la unidad SSD en otro equipo de nuestra empresa, ya sea portátil o sobremesa, amortizando más todavía esta inversión que sólo con la mejora de rendimiento que hemos obtenido ya estará amortizada.
Una mejora de rendimiento notable
Si ahora alguien me pidiera mi opinión para renovar su equipo portátil, antes de invertir en un equipo nuevo, y siempre que el equipo cumpla una serie de requisitos mínimos, le recomendaría apostar por esta ampliación. Durante muchos años me ha tocado renovar equipos o ampliarlos. Lo más normal ha sido doblar la memoria o añadir una tarjeta gráfica si la llevaban integrada en placa, por lo que respecta a equipos de sobremesa con buenos resultados.En ningún caso he conseguido una mejora de rendimiento tan buena como la obtenida ahora con un disco SSD, que además es muy sencillo de sustituir en los portátiles. Dos aspectos colaterales a la mejora del rendimiento serán una pequeña mejora en la duración de la batería y un menor calentamiento del equipo.
Las ampliaciones de hardware son buenas para nuestros equipos, pero en muchas empresas no se realizan y los equipos languidecen con un rendimiento penoso durante sus últimos años de vida. Esta es una de las mejores inversiones que podemos realizar hoy en día y es bueno evaluarlas cuando los equipos ya tienen dos tres años, para que no sea demasiado tarde. Y vosotros, ¿realizáis este tipo de ampliaciones en vuestras empresas o dejáis que los equipos cumplan su ciclo de vida sin tocarlos?
En Tecnología Pyme | La segunda juventud de tu portátil con un disco SSD