Acaba de publicarse, por parte de la Fundación Bankinter, el informe Agenda de Innovación para España. Uno de los aspectos que contempla este informe es la manera de proporcionar un soporte directo a los emprendedores.
Según consta en el informe, la meta es establecer unas pautas para la creación de ecosistemas de emprendimiento que lleven a la generación de proyectos empresariales con un alto potencial de desarrollo, con ambición de crecimiento y orientación global, que ganen la aceptación del mercado y que compitan en mercados con alto potencial de crecimiento.
El análisis de la situación actual nos muestra un panorama en el que apenas existen estudios sobre demografía empresarial, lo que dificulta un análisis en condiciones. Si bien es posible encontrar datos sobre la creación de empresas, no lo es tanto en cuanto a la supervivencia de las mismas y mucho menos de los factores de fracaso, éxito y crecimiento, sobre todo en las empresas tecnológicas de nueva creación.
Además el estudio detecta necesidades de formación en gestión tanto de los emprendedores como de los gestores de servicios para las empresas de base tecnológica y se hace especialmente importante potenciar el papel de los inversores privados y la preparación de los emprendedores para recibir capital externo. Sobre todo en el entorno actual de crisis de crédito que impide notablemente el acceso a la financiación de nuevos proyectos.
El análisis del entorno actual nos indica que el entorno de soporte y apoyo al emprendimiento es aceptable. Sin embargo se deduce que es necesaria una mayor focalización de los apoyos a start-ups de alto potencial, evitar duplicidades y unificar servicios de formación y apoyo a emprendedores, así como reunir a los propios emprendedores en centros o plataformas únicas.
Lo que se antoja necesario para un mayor desarrollo de la iniciativa empresarial, según manifiestan los propios emprendedores, sería la simplificación de las cargas burocráticas, una gestión de ayudas más eficaz y reformas en distintos ámbitos: laboral (crear un contrato laboral especial para empresas de nueva creación), administrativo (optimizar los procesos administrativos para la creación y el cierre de empresas), mercantil (reducir los períodos de cobro a los clientes) y fiscal (reducir al máximo todas las cargas fiscales hasta que las empresas tengan beneficios).
Sin embargo, y más allá de las demandas de los emprendedores, lo que pone en evidencia las mayores dificultades para desarrollar nuevos proyectos tienen que ver con la captación de primeros clientes; el acceso a capital financiero; la captación de talento para configurar equipos; el apoyo social, no existe el establecimiento de un liderazgo de referencia para el emprendedor y la promoción de una cultura que apoye el emprendimiento y la divulgación de los casos de éxito.
En un próximo post analizaremos las propuestas que este estudio ofrece a la hora de poner solución a la situación actual para lograr ese objetivo de crear un ecosistema favorable al emprendimiento.
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