En el mundo de los negocios, la innovación es un concepto esencial. Es el elemento utilizado por muchos para atraer la atención del gran público y fundamentar sus procesos de selección. Hoy día es más importante que nunca que todas las empresas, con independencia de su tamaño, sean innovadoras y creativas. Y sus líderes son el fiel reflejo de estos procesos.
Un reciente estudio llevado a cabo por Mastercard y Harvard Business Review Analytic Services ha desvelado los resultados de la primera edición del estudio sobre innovación Become 2020, que explora las principales características de los mayores innovadores. Estos son los cinco rasgos principales que tienen que tener todas las empresas innovadoras.
La velocidad sí importa
Los innovadores deberían pensar a más corto plazo, en trimestres y semanas, y no tanto en años. Casi todos los líderes innovadores (el 96%) aportan nuevas ideas y soluciones al mercado con la mayor rapidez posible, frente al 17% de los más rezagados.
Los datos son el acelerador
Los verdaderos innovadores extraen sus conclusiones de múltiples fuentes de información, pues la intuición empresarial parece no ser suficiente. De hecho, el 73% de los empresarios encuestados utiliza fuentes de información tanto internas como externas.
Priorización de la innovación
No es recomendable retrasar más la innovación. Casi el 90% de los líderes prioriza sus esfuerzos en los niveles más altos de las empresas. Esto ayuda a definir el presupuesto adecuado y a asegurar la implicación necesaria para alcanzar resultados más allá de una mejora progresiva.
La cultura cuenta
Las empresas deben empoderar a sus trabajadores para trabajar como si fuesen emprendedores. Esto genera una cultura dispuesta a correr riesgos y da lugar a un flujo más rápido de ideas, algo que aprecian el 84% de los líderes más innovadores.
Centrarse a toda costa
Poco más de la mitad de los consumidores afirma que espera de las empresas el desarrollo de nuevos productos, servicios y propuestas que se ajusten a sus necesidades. Las empresas deben, por tanto, priorizar las ideas rompedoras; de lo contrario, se pueden arriesgar a quedarse atrás.