Cuando alguien comienza una nueva iniciativa suele verse paralizado o ralentizado por lo que se conoce como parálisis por análisis.
Es decir, empezamos a darle mil vueltas a todo en lugar de seguir lo que en estadistica se conoce como principio de parsimonia, que no es otra cosa que la Navaja de Ochan, la solución más sencilla es la más probable.
Esta suele ocurrir porque no se han definido correctamente nuestros objetivos, por lo que es necesario determinarlo para poder saber como llegar alcanzarlo.
Sin embargo, también puede ocurrir la parálisis por identidad. Esta actúa como un mecanismo de defensa de nuestra mente. Es decir, ser empresario, para un emprendedor es un cambio de rol absoluto y nuestra mente organiza toda nuestra realidad en torno a un pilar central, nuestra identidad.
Mientras que la parálisis de análisis entra dentro de nuestra zona de confort porque estamos acostumbrados a aprender, la de pensar y actuar como un empresario es un nuevo escenario que es lo que provoca la parálisis de identidad.
No hay una única solución que nos permita superar esta crisis de identidad, pero lo más importante es creérnoslo y querer serlo.
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En Pymes y Autónomos | He fracasado una y otra vez, por eso tengo éxito