Juan Iranzo, el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), destacó hoy que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) pueden solucionar el problema de competitividad que afecta actualmente a la economía española.
Iranzo participó hoy en la presentación de un estudio sobre las TIC y su relación con el sector servicios, y destacó que las TIC favorecen la productividad y que cualquier mejora en este sector redundará en una ayuda a la sociedad en general. El autor de la publicación, David Gago Saldaña, resaltó que debido a su importancia las TIC, la innovación y el sector servicios deben estar en la agenda de cualquier Gobierno.
El estudio presentado hoy por IEE y Bancaja analiza como las TIC constituyen un canalizador del crecimiento de los servicios y que ambos, TIC y servicios, pueden considerarse participantes activos de la economía basada en el conocimiento. El vicepresidente de la Fundación Bancaja, Javier Quesada, indicó que a las nuevas tecnologías les queda mucho camino por recorrer para lo que requieren apoyo de las instancias públicas y privadas.
El sector TIC español es por desarrollo, capacitación profesional y experiencia uno de los puntos de apoyo de lo que debería de ser la nueva economía productiva de este país. Tenemos múltiples posibilidades de desarrollo y exportación de una industria que podría impulsar ese tan necesario cambio de modelo productivo.
Entre otros, tiene varios problemas para alcanzar este nivel. Primero, no hay una apuesta decidida por este sector, las administraciones han preferido gastar millones en incentivar o subvencionar a otros sectores y no hay una política evidente de apoyo a esta industria.
No hay tampoco apoyo financiero, las instituciones de crédito huyen de financiar proyectos tecnológicos innovadores, principalmente por desconocimiento de las posibilidades del sector y por no tener capacidad de medición de rentabilidades futuras, al tratarse de nuevos modelos que no tienen comparación con otros modelos pre-existentes.
Por otro lado, la propia configuración de las empresas del sector, demasiado atomizadas y con poco desarrollo empresarial. En su mayor parte son micro-pymes con una gran capacidad y conocimientos técnicos, pero con grandes deficiencias en desarrollo y gestión del negocio, eso se traduce en proyectos innovadores y con unas grandes posibilidades de explotación pero que no son capaces de encontrar la manera de penetrar en el mercado o, debido a una gestión defectuosa, no aprovechan todas esas posiblidades.
Este sector podría, bien explotado, generar puestos de trabajo de calidad y gran cualificación, también ofrecería tecnología fácilmente exportable y podría convertir a nuestro país en un referente internacional. Administración, instituciones financieras y empresas del sector deberían poner, cada uno en su parcela, todo de su parte para impulsar un sector con presente y futuro, sería una buena oportunidad de hacerse con un mercado incipiente y que supondría una baza importante para crear ese modelo productivo moderno que tanto necesitamos.
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