Es el caso de Josep Arumí, un señor de cicuenta y cuatro años jovial, ingenioso y sobre todo lleno de ilusión. Su voz ya te está comunicando que nos encontramos con una persona vital. Trabaja en la restauración pero desde niño siempre tuvo una idea en mente. Una afición que le gustaba mucho, se trataba de un proyecto que algún día se haría realidad: los trenes. Superados los cincuenta años ha dado el paso. Nunca es tarde.
Una maqueta gigantesca
La historia de Josep comenzó hace treinta años cuando, recién casado, montó en su casa dos maquetas espectaculares. Sus amigos, cuando iban a visitar a nuestro emprendedor quedaban maravillados y le comentaban lo bonito que sería que más gente pudiera disfrutar de esas piezas, que con tanto mimo y trabajo él coleccionando. Lo que llama mi atención es el término que Josep utilizó para describir el momento en el que dio el paso: "soñar, empecé a soñar con la idea".
Nueve años atrás tuvo inicio la operación "de un sueño a la realidad". Aunque todo el mundo se mostraba entusiasmado con la idea y le apoyaron, cuando llegó el momento de la verdad vio que nadie le echaba una mano económicamente. Por lo que todo el dinero que se ha invertido en esta gran maqueta convertida en museo, ha salido de los bolsillos de este tenaz emprendedor. Ninguna institución ni empresa le otorgaron su apoyo.
Ni marcas ni nada similar. Solamente sus dos compañeros han prestado su ayuda a lo largo de los años. Todavía están esperando recibir alguna llamada del tipo "nos pondremos en contacto con usted". No importa. Al final sin patrocinadores lograron ubicar las maquetas en un edificio de mil metros cuadrados con tres plantas. En la planta baja se halla la exposición y en las otras dos las maquetas gigantescas.
Lo curioso es que en la última planta la maqueta está sin finalizar y cuando tienen tiempo libre, se acercan y trabajan en ella, pero lo positivo estriba en que apenas tienen porque no paran de recibir visitas. Un sábado del año 2011 tuvo la lugar la inauguración del "Mágico Mundo del Tren", el museo creado junto a dos amigos: Dolors y Josep María, con esa gran maqueta como protagonista de 250 metros cuadrados, 750 locomotoras y 3.500 vagones en la segunda planta.
Trenes y maquetas
Josep no ha pensado en los coleccionistas nada más. Así que imaginando que puede haber personas a las que les guste los trenes pero no dediquen a coleccionarlas, la alternativa es la maqueta que cuenta con 8.300 personajes, 600 casas, 6.000 árboles ¡Una maravilla!
En cuanto a los precios he echado un vistazo y me he quedado sorprendida. Podían aprender otros lugares donde no disfrutas tanto (no daré nombres) y como él, poner unas cantidades asequibles en las entradas para el momento actual y sobre todo, abrir en domingo que es el día en el que casi todos podemos disfrutar del ocio. Si no podemos desplazarnos hasta Barcelona contamos con la posibilidad de visitar la página web El Magic Mon del Tren.
Este tipo de historias además de motivar, resultan enternecedoras puesto que él no se ha rendido jamás, a pesar de no contar con ayuda alguna. Ha perseguido su sueño y lo ha logrado, eso sí no olvidemos el esfuerzo que hay detrás puesto que Josep trabaja en algo muy distinto al mundo del ferrocarril.
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Imagen|magicmondeltren