Llegamos a final de año y es momento de hacer evaluación de los logros alcanzados y los que han quedado pendientes por realizar. Para el nuevo año es inevitable marcarse nuevos propósitos que se prentenden alcanzar, sin embargo, en este ejercicio siempre falta algo.
Igualmente que se elabora una lista de lo que se pretende lograr, una especie de "To do list", siempre se suele omitir un pequeño detalle, el para cuándo. Es decir, se establecen las metas pero no se define un plazo en el que deben estar realizadas y ese es un gran error, tanto en el plano personal como profesional, porque el factor tiempo es un condicionante.
Establecer fechas para alcanzar metas lo que está definiendo es un carácter y una voluntad manifiesta de orientación al logro. Exige también, implícitamente, productividad y eficacia personal, o si se prefiere, autoeficacia.
Estas habilidades los expertos en coaching lo relacionan con las creencias posibilitadoras, concepto que cuanto menos se puede calificar de curioso. Hace tiempo me lo explicaron con un ejemplo bastante ilustrativo. Cuando se tiene algo a lo que se le tiene gran apego, una taza, un bolígrafo, una agenda, rara vez pensamos en ello, sin embargo, un día pensamos o soñamos que se nos rompe o extravía, y casualmente, ocurre.
Pues este mismo principio es lo que se debe hacer en los nuevos propósitos, confiar en las creencias posibilitadoras para llevar a cabo los proyectos que se están planeando, y todo ello, sin olvidar nada de los anterior, cultivando la orientación al logro, la productividad personal y la autoeficacia.
Imagen | Courtney Dirks En Pymes y Autónomos | Emprendedores