No es país para emprendedores

No es país para emprendedores
4 comentarios

Uno no se acuesta un día siendo un trabajador por cuenta ajena y se despierta siendo emprendedor. Es un proceso que lleva su tiempo, en el que algunos muestran la inquietud desde el principio y otros no llegan a tenerla nunca. Lo cierto es que en España se ha querido vender que somos un país de empresarios, incluso de hombres hechos a si mismos. Pero lo cierto es que no es país para emprendedores.

Según los datos de la OCDE España es penúltimo país de la organización en tasa de empresarios o startup. Según un estudio del Instituto de Estudios Económicos (IEE), basado en datos de la OCDE, solo el 3% de los hombres y el 2,1% de las mujeres son empresarios en nuestro país.

Y uno de los principales problemas está en la tasa de fracaso. Hay emprendedores reiterativos. Fracasan en un negocio, pero saben parar a tiempo y buscar otro. Aprender de los errores y tratar de no repetirlos en el siguiente. Pero a otros les basta con una experiencia fallida para saber que ese no es su camino.

Falta capital, formación e información

Una de las razones por la que muchos negocios fallan al poco de iniciarse es la falta de capital para aguantar los primeros años. No podemos pensar que vamos a ponernos en marcha y desde el primer mes vamos a tener beneficios. Muchas veces se requiere de uno o dos años para consolidar la apuesta, hacernos con una base sólida de clientes y generar beneficios.

No se puede emprender sin conocer tus obligaciones como empresa

Además hay que amortizar costes que en su puesta en marcha suelen ser más elevados. En este sentido falta mucha formación financiera. Una formación que implique tener un control de gastos, de ingresos, de algo tan simple como la diferencia entre lo facturado y el beneficio que se obtiene. Negocios que incluso llevan años desconocen cual es beneficio real de cada venta.

Pero también información y formación fiscal. Aquí es cierto que muchas veces se delega el papeleo en una asesoría o despacho profesional, pero si se decide realizarlo uno mismo lo cierto es que supone un problema. Tanto por la pérdida de tiempo que nos quita el foco del negocio, como por los posibles errores que podamos cometer.

Los autónomos obligados

Por otro lado tenemos a los emprendedores obligados. Se han visto en la tesitura de trabajar por su cuenta para obtener algún ingreso en la crisis económica. Pero con el tiempo ven que como profesionales no han logrado unos ingresos suficientes, tienen que estar trabajando muchas más horas de las que pensaban, pagar más impuestos y al final acaban por desistir.

Hacerse autónomos ha sido el clavo ardiente al que muchos trabajadores se han agarrado durante la crisis

Las obligaciones como trabajadores por cuenta propia acaban por abrumar a muchos. Pero también cuestiones de las que no se ocupaban trabajando por cuenta propia, como la planificación. Algo tan sencillo como un plan de empresa supone un reto mayúsculo para la mayoría, que al final acaban por hacerse trampas al solitario para que cuadre con sus expectativas.

Falta de vocación comercial

Por último se dan cuenta que el trabajo no llama a tu puerta. Hay que ir a buscar a los clientes. Y no todo el mundo tiene la vocación comercial necesaria, pero tampoco la visión necesaria para buscar un socio que se ocupe de vender nuestro negocio.

Si se quieren mejorar todos estos aspectos hace falta un cambio cultural. No va a ser de la noche a la mañana. Y la educación tiene que introducir estos temas económicos desde la escuela. No ya solo por un tema empresarial, sino para que no se repitan episodios como las sorpresas de no entender que se ha firmado, por ejemplo, en una hipoteca.

En Pymes y Autónomos | ¿Necesidad o vocación? Las oportunidades empresariales vuelven a ser la principal razón del emprendimiento

Imagen | rawpixel

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Comentarios cerrados
    • Mi viaje fue en sentido contrario. Yo lo primero que hice en cuanto terminé mis estudios fue montar mi empresita, porque lo que me ofrecía el mercado laboral no llenaba mis objetivos.
      Por circunstancias personales, tuve que dejarlo tras más de diez años de trabajo más o menos exitoso, y me tuve que plantear trabajar por cuenta ajena. Y me di cuenta de que no valgo para trabajar por cuenta ajena.
      Aquí andamos en nuevos proyectos, pero me doy cuenta de que si en mi primera incursión en el "emprendimiento" (me hace gracia el palabro) ya era difícil, a día de hoy, creo que es más difícil a pesar de toda la publicidad que se hace de ello. Veo que los procesos burocráticos son más o menos los mismos, que hay pocas facilidades y que yo soy más mayor y me va faltando ese puntito de inconsciencia que te permite tirarte a la piscina vestido.

    • Buenos días, José Carlos

      100% de acuerdo con la opinión que expresas en este artículo. Mucho se habla de que la economía va a crecer sobre los hombros de los emprendedores, de las personas que inician empresas nuevas, pero poco se habla ( o nada) de todo lo que se necesita saber para poder llevar con éxito el desarrollo de un negocio propio.

      Para muchos, hacerse "trabajadores por cuenta propia" se convierte en una obligación porque muchas empresas hoy en día, para evadir sus propias obligaciones como patronos, "recomiendan" a sus futuros empleados a hacerse autónomos, con lo que esa figura se convierte en una completa falsedad.

      Y la última parte, y no por ello menos importante, es la falta de formación comercial. Para tener un negocio propio, hay que tener la voluntad de salir a la calle a buscarse el pan de cada día. Cierto que hay miles de herramientas disponibles para hacer el trabajo más fácil, pero a fin de cuentas lo que priva es que los negocios no van a venir a tocarte la puerta.

      Hay que hablar con sinceridad de lo que significa ser realmente un emprendedor. Quizás si lo hiciéramos, esa tasa de fracaso tan impresionante, sería más pequeñita.

      Aquí comparto contigo y tus lectores un artículo que publiqué en mi blog acerca de este tema.

      http://www.joelpintoromero.com/2017/11/la-historia-que-nadie-cuenta-acerca-de.html

    • Un buen resumen del estado actual del emprendimiento en nuestro país.

      Yo leí una entrevista, en la que un emprendedor decía"no hay que confundir el emprendimiento con el autoempleo". Y esto ocurre muy a menudo.

      Las diferencias son mayúsculas: para emprender, no solo hace falta conocer el oficio, sino como se reseña en el artículo, hacen falta conocimiento profundos de finanzas, fiscalidad, gestión de RRHH, etc...

      Y sobre todo, formación en estilos de management y liderazgo, pues según dicen las encuestas, en en estos aspectos en los que más fallan las PYMES de nuestro país.

    • A mi modo de ver no hay duda, NO lo es. Quien diga lo contrario simplemente no conoce como funcionan otros países o bien lo dice por intereses ocultos. Basta con comparar los requisitos y obligaciones de ser autónomo en España con cualquier otro país....

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