Con la reforma laboral en el horizonte uno de los problemas que hay que tratar de solventar es acabar con la excesiva temporalidad sin que por ello se pierda flexibilidad en el mercado laboral. Una de las medidas que están encima de la mesa es el banco de horas, algo que ya está vigente pero no todo el mundo utiliza. Vamos a ver qué es un banco de horas y cómo puede flexibilizar el empleo en las empresas.
Lo cierto es que con un contrato indefinido tal y como está actualmente pensado aplicar el banco de horas de forma permanente podría suponer una modificación sustancial de contrato y esto requiere una serie de formalismos para su puesta en marcha. Podría ser necesario un pacto expreso con el trabajador o tomar como base al convenio colectivo de aplicación, para distribuir flexiblemente una serie de horas anuales de modo temporal. Sirva como ejemplo el permiso retribuible recuperable aplicado durante la crisis del COVID.
El problema es que muchas veces no es la solución adecuada. Porque hay épocas del año donde los picos de trabajo son muy altos y no siempre se puede aumentar la jornada de trabajo de forma ilimitada. Esto impide muchas veces adaptar los servicios contratados a la demanda real del mercado.
Ni siquiera aunque se recurra a horas extra, que solo se pueden hacer legalmente 80 al año. Esto implica que en un momento de gran trabajo entre banco de horas y extraordinarias tal vez se puede aumentar la jornada a 10 horas, algo ya complicado o que el empleado solo tenga un día o día y medio de descanso. También complicado de encajar con la legislación actual.
Hay una opción más flexible que es el contrato a tiempo parcial, que incorpora un pacto de horas complementarias. De esta forma la empresa puede exigir al trabajador la realización de más horas cuando así lo necesite, siempre que como mínimo se hayan contratado 10 horas semanales, en cómputo anual.
La gran flexibilidad está en que esta bolsa de horas obligatoria puede alcanzar hasta el 30% de las horas ordinarias de trabajo objeto del contrato. La empresa puede, además de este 30%, ofrecer al trabajador la realización de hasta un 15% más de horas si el contrato a tiempo parcial se suscribe con carácter indefinido. En este caso si que el trabajador puede aceptarlas o no. Estas horas no constituyen horas extraordinarias, por lo que su coste empresarial es el mismo que el de una hora ordinaria.
Con un ejemplo práctico se puede contratar de forma parcial por 25 horas y llegar a las 36 efectivas. Una fórmula muy flexible y que es por este lado donde se puede trabajar y tener el ejemplo de un contrato estable, pero que a la vez permite a las empresas ser muy flexibles a la hora de distribuir la jornada de forma irregular.
Trasladar estas fórmulas a un contrato de duración completa podría ayudar en otros sectores. Luego ya tocaría hablar de qué ocurre con esos fijos discontinuos, que trabajan entre 6 y 9 meses al año, o hasta qué punto se puede aumentar las horas de trabajo en caso de necesidad.