La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, se muestra partidaria de implantar una nueva baja laboral voluntaria que permitiría dar más flexibilidad a la hora de reincorporarse al trabajo, a la vez que se garantice la salud y seguridad de los trabajadores.
Esta medida la han acogido de manera positiva los empresarios, sin embargo, no ha convencido ni a Trabajo ni a Sanidad.
Hablamos de una modalidad en la que el trabajador podría incorporarse paulatinamente a su puesto de trabajo estando de baja. Un ejemplo sería un enfermo de cáncer, que pretenda volver a su puesto poco a poco.
Ventajas de la baja laboral flexible
Según los expertos esta medida tiene una ventaja de lo más positiva entre aquellas personas que necesitan adaptarse a su entorno laboral paulatinamente como el ejemplo de un enfermo de cáncer que no se sienta preparado todavía para retornar a una jornada completa.
El otro lado de la moneda sería el riesgo que conlleva esta modalidad, ya que podrían generarse presiones sobre los trabajadores puesto que las empresas buscan una reincorporación rápida a la actividad laboral.
Entre los políticos no se ponen de acuerdo puesto que consideran que la incapacidad laboral ya garantiza estos derechos para los trabajadores.
Motivos por los que podría implantarse la baja laboral flexible
Saiz ha señalado que se trata de un tema "recurrente" y que se está en una fase inicial en la que se escuchará a los agentes sociales y otros expertos para intentar adaptar la incapacidad temporal a las nuevas realidades sociales y laborales.
Respecto a los subsidios de incapacidad temporal, el gasto total se ha disparado un 17,6% en los ocho primeros meses del año, hasta alcanzar los 10.422 millones de euros.
Además, según los datos del último informe del absentismo laboral de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), el año pasado se concedieron en España más de 8,1 millones de bajas por enfermedades y accidentes no laborales, un 11,3% más que el año anterior.