El camino ya ha comenzado. El objetivo es mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones y para ello el Gobierno está apostando por aumentar de forma progresiva la base máxima de cotización, en concreto un 8,6% para 2023, pero que no es más que el primer paso hacia el destope de la base máxima en un futuro próximo.
Y tan próximo como lo permita la negociación colectiva, ya que las intenciones del Gobierno es incluir dicho camino, que sería progresivo a lo largo de las próximas tres décadas. Y esto implica más recaudación y más dinero que tendrán que pagar fundamentalmente las empresas.
¿A qué empleados y empresas afecta el destope de la base máxima de cotización?
Lo cierto es que no afecta a todas las empresas por igual. Son aquellas con empleados que tienen salarios brutos de unos 4.495 euros (alrededor de 54.000 euros anuales) o más las que se verán afectadas. Y recordemos que las empresas pagan la mayor parte de la cotización. Es decir, esta medida aumenta los costes laborales.
Y lógicamente eso no es algo que guste a la empresa ni a sus representantes. Pero quizás la reacción sea más una fórmula para presionar en la negociación que se espera de aquí a final de año para sentar las bases del destope definitivo de la base de cotización máxima. Un acuerdo muy complicado, más con la perspectiva de cambio de Gobierno tras las elecciones.
La realidad es que el gasto de las pensiones no para de crecer. Y si algo es cierto según la pirámide poblacional es que va a continuar este camino en los próximos años. O se recauda más o se financia vía presupuestos el sistema o se pagan pensiones más bajas. No hay más opciones. Este país tiene que decidir que quiere hacer en las próximas décadas.
No es la primera vez que los representantes de las empresas se oponen al destope de la base máxima de cotización. Pero la realidad es que solo afecta a las empresas que pagan salarios más elevados. Y dudo que afecte de forma significativa al empleo, porque los salarios más altos tendrán un mayor coste, pero el resto no se ven afectados.
Quizás sería más interesante que las empresas empiecen a reclamar que se suba la cotización a los trabajadores, teniendo en cuenta que ya corren con la mayor parte del gasto, pero quizás no lo hacen porque también les tocaría a ellas una pequeña parte. Afectaría a todos y aquí si que supondría más gasto laboral.