Aunque pueda parecer injusto, tener más de 40 años cotizados no garantiza automáticamente el derecho a una pensión de jubilación en España. La Seguridad Social establece requisitos específicos, y no cumplir con ellos puede derivar en la denegación de la prestación, incluso después de décadas de contribuciones
Requisitos fundamentales para acceder a la pensión de jubilación
Período mínimo de cotización y carencia específica
Para obtener una pensión contributiva, se debe cumplir con un período mínimo de cotización, también conocido como carencia general. Este requisito establece que el trabajador debe haber cotizado al menos 15 años, equivalentes a 5.475 días. Sin embargo, no basta con haber acumulado este tiempo; al menos dos de esos años deben haberse cotizado dentro de los últimos 15 años previos a la jubilación, lo que se conoce como carencia específica.
Un caso práctico es el de trabajadores que acumularon décadas de cotización al principio de su vida laboral pero que, por diversas razones, dejaron de cotizar en los últimos años. Aunque puedan tener más de 40 años cotizados, no cumplir con la carencia específica puede derivar en la denegación de la pensión.
Estar en situación de alta o asimilada al alta
Además de cumplir con los períodos de cotización, la Seguridad Social exige que el solicitante se encuentre en situación de alta o asimilada al alta en el momento de solicitar la jubilación. Esto significa que el trabajador debe estar cotizando activamente o en una situación considerada equivalente, como recibir prestación por desempleo, estar en excedencia forzosa o cuidando de familiares bajo ciertas condiciones reconocidas por la normativa.
No estar en estas situaciones puede ser un motivo directo para que se deniegue la solicitud, aunque se cumplan los requisitos de cotización. Este criterio busca garantizar que la conexión con el sistema de Seguridad Social se mantenga activa en los años previos a la jubilación.
Estar al corriente de pagos en el caso de los autónomos
Los trabajadores autónomos enfrentan una barrera adicional: deben estar al corriente en el pago de sus cuotas a la Seguridad Social. Tener deudas pendientes, incluso pequeñas, puede bloquear el acceso a la pensión de jubilación. Aunque existe la posibilidad de regularizar los pagos antes de presentar la solicitud, no siempre es un proceso rápido, lo que puede llevar a complicaciones.
Otros motivos de denegación de la pensión
Errores administrativos en el historial de cotización
En algunos casos, la denegación se debe a discrepancias o errores en el historial laboral del trabajador. Periodos de cotización no registrados correctamente pueden influir negativamente en la decisión de la Seguridad Social. Es recomendable solicitar regularmente el informe de vida laboral para identificar y corregir cualquier error antes de que sea demasiado tarde.
Compatibilidad con otras prestaciones o ingresos
Otro motivo de denegación puede estar relacionado con la percepción de otras prestaciones que sean incompatibles con la pensión de jubilación, como pensiones por incapacidad permanente total o absoluta. Asimismo, el desempeño de ciertas actividades económicas sin haber solicitado compatibilidad puede generar conflictos legales que afecten el acceso a la pensión.
Falta de documentación adecuada
La Seguridad Social requiere que el solicitante aporte la documentación necesaria para respaldar su solicitud. La falta de pruebas de cotización o errores en la presentación de la documentación pueden resultar en la denegación temporal o definitiva de la prestación.
Consecuencias de no cumplir con los requisitos
Cuando se deniega la pensión contributiva, el trabajador puede enfrentarse a una situación económica complicada, especialmente si ya ha dejado de trabajar. En casos extremos, la única alternativa es recurrir a la pensión no contributiva, siempre que se cumplan los criterios de ingresos bajos y residencia en España durante al menos 10 años.
Sin embargo, estas prestaciones son significativamente inferiores a las pensiones contributivas y no ofrecen la misma estabilidad económica.
Por ello para prevenir problemas al solicitar la jubilación es importante revisar periódicamente tu vida laboral. Hacerlo a través del portal de la Seguridad Social te permitirá identificar errores o períodos no cotizados.
También la planificación, que duda cabe, es clave. Si has tenido periodos sin cotizar recientemente, considera estrategias para volver a estar en situación de alta o asimilada al alta antes de solicitar la jubilación.
Asesorarte con un abogado especializado en pensiones o un gestor laboral puede ayudarte a entender mejor los requisitos y las normativas vigentes, así como a evitar errores costosos. Y es que, las leyes sobre pensiones pueden cambiar, como se observa en las reformas periódicas del sistema de la Seguridad Social. Mantenerte informado sobre los cambios te permitirá adaptar tus planes de jubilación en consecuencia.