Hace unas semanas les hablé en estas páginas sobre la posibilidad de que el Gobierno de la nación incrementase el gravamen a algunos bienes de consumo con el alcohol y el tabaco, pues bien, hoy retomo el asunto ya como un hecho confirmado, ya que supondrá un encarecimiento medio de 15 céntimos por cajetilla de tabaco, y de 83 céntimos por litro de alcohol (excepto cerveza y vino) a partir de mañana sábado.
Esta situación afecta a algunos sectores de nuestra economía, pero especialmente a los negocios hosteleros, y dentro de estos, los más perjudicados, los que basan su actividad en el ocio nocturno.
En mi anterior post algunos de vosotros señalasteis el hecho de que estos negocios cuentan con márgenes muy abultados, siendo elevado aún el potencial para asumir incrementos de costes, motivados por alzas de impuestos, en los productos que comercializan.
No quiero decir que esto no sea cierto, pero estarán de acuerdo conmigo que se tratan de negocios, con sus empleados y las mismas ilusiones que cualquier otro empresario, y que lo están pasando muy mal, ya que la caja que realizan en los últimos tiempos no le llega ni a la suela de los zapatos de la que hacían hace unos años, lo que les posiciona en una situación de peligro. Lo que les obligará a inventar nuestras formas de relacionarse con sus clientes, ofreciendo un mayor valor añadido, con el objetivo de poder subsistir en una coyuntura que se complica por momentos.
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