Una de las demandas tradicionales de los trabajadores autónomos es la reforma en profundidad del RETA y, en concreto, la adecuación de las bases de cotización a los ingresos reales del trabajador con el objetivo de evitar, por un lado, que la cuota mínima no provoque una situación de desamparo y, por otro, que las coberturas de los autónomos se equiparen a la de los trabajadores asalariados.
Sin embargo, hay quien no vería del todo bien que se realizara una reforma de este calado. No en vano, la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT) piensa que intentar adecuar las bases de cotización de los autónomos a sus ingresos puede abrir una puerta al fraude. Esta reflexión va en línea con lo que en su momento afirmaba Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) y otras asociaciones y federaciones de trabajadores por cuenta propia.
Todos ellos consideran que obligar a un autónomo a cotizar por sus ingresos reales es, por un lado, imposible, pues solo se conocen los rendimientos netos de cerca de un millón de autónomos y, por otro, podría ser una puerta al fraude, pues la mayoría de trabajadores declararían ingresos inferiores a los reales con el fin de cotizar por una base más baja.
En cualquier caso, esta medida supondría elevar la base al 75 % de los autónomos, la mayoría de los cuales cotizan por la base mínima aun teniendo ingresos muy superiores. Esto, a su vez, podría servir para aliviar en parte las maltrechas arcas de la Seguridad Social, aunque bien es cierto que no son precisamente los autónomos quienes deberían aportar más dinero a esta institución.
Y sí, a pesar de que ninguna medida está exenta de provocar bolsas de fraude más o menos grandes, lo cierto es que la adecuación de las bases de cotización a los ingresos reales no solo es una medida necesaria; también es justa y, para algunos autónomos, incluso urgente.
En Pymes y Autónomos | ¿A quién beneficia que los autónomos coticen por ingresos reales?
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