Beneficio y Cash Flow

Estos últimos días he vuelto a leer en prensa noticias de periodistas perplejos. Se preguntan como es posible que haya sociedades que declarando beneficios relevantes, estén en una situación financiera difícil. Y ojo, que alguno de estos profesionales de la comunicación son habituales de las paginas de comunicación. Uno empieza a pensar si no debería pensarse en la necesidad de postgrados en periodismo financiero antes de que sigan metiendo la pata.

Siendo esto grave, mucho peor es que dicha confusión anide también en la cabeza de los profesionales, de los empresarios. Más de una vez he visto como hay quien confunde el estado de la caja registradora con los beneficios, o quien esta a un paso del concurso a pesar de tener una sociedad en beneficios. Pues bien, una vez más, vamos a intentar explicar cual es la diferencia entre el beneficio y el cash flow.

El beneficio es un concepto eminentemente contable, y con trascendencia fiscal. El beneficio, antes o después de impuestos, supone el margen neto final que hemos obtenido con nuestra actividad en un periodo dado. Ergo, si sistemáticamente nuestro beneficio es menor a 0 ya sabemos que algo esta yendo mal, muy mal. Pero dicho beneficio no guarda una relación directa con la posición financiera de nuestra empresa.

Y es que dicho beneficio no tiene en cuenta que hay una serie de conceptos, de perdidas, que minoran el resultado contable de la empresa, el beneficio del que hablamos, pero que no suponen una salida de dinero de la misma. Estoy hablando de las amortizaciones (para ir compensando la depreciación de nuestros activos por la perdida de su vida útil) y de las provisiones (para ir creando un fondo que cubra posibles riesgos que puedan afectar a la empresa). Generalmente, la gente entiende que eso es el cash flow: beneficio+amortizaciones+provisiones, los recursos financieros que viene a generar la actividad de la empresa

Pero, ¿es acertada esta visión del cash flow?. Pues depende. Sin duda es muy sencilla de visualizar y de entender, pero tampoco es del todo una visión financiera al 100% del asunto. Si creemos que eso refleja adecuadamente la situación financiera de la empresa estamos en peligro. Nos olvidamos de que dentro del beneficio computamos ventas que todavía no han sido cobradas, aunque también es cierto que a cambio nuestra posición financiera se ve favorecida por la financiación de nuestros proveedores y bancos. Así mismo, nos olvidamos de que la variación de nuestra posición de tesorería depende también de la propia composición de las masas patrimoniales de nuestro balance. Por ello, quizás el cash flow genérico valga como indicador para establecer comparaciones entre ejercicios, pero desde un punto de vista del día a día, debamos tener una visión más estricta, e irnos al denominado cash flow operativo, más pegado a la planificación financiera.

Claro que hay quien entiende que todavía se debe y puede dar un paso más, y que el verdadero cash flow es lo que su nombre da a entender, un flujo de caja. Y por ello, cuando hablan de cash flow lo suelen hacer en relación con un Presupuesto de Tesorería, de entradas y salidas de dinero de la misma, sean por los conceptos que sean. En esencia, la cuenta de la vieja.

Mi opinión es que,mientras seamos conscientes de sus limitaciones y de como se formula, cualquier opción puede ser interesante. Y, creo que sinceramente el cash flow es un elemento que debemos mirar muy mucho en relación con otra variable, que son los compromisos de pago formalizados. No nos basta con obtener beneficios. Además de ello, hay que generar la suficiente tesorería para poder abordar dichos pagos. Y si definir el cash flow es complicado, conseguir esto último es todo un arte.

En El Blog Salmón | EBITDA y cash - flow : indicadores parecidos, pero no iguales Más información | Toros, Osos y Borricos Imagen | jenn jenn

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