La facturación es una de las tareas más importantes que tienen que hacer todas las empresas y los autónomos, con independencia de su tamaño, su actividad o el sector en el que operen. Una tarea tan importante debe ser completada y revisada de manera cuidadosa para evitar que una factura mal emitida pueda ser objeto de inspección por parte de la Agencia Tributaria.
Algunos conceptos son opcionales, como la cuenta bancaria del proveedor del servicio, otros son recomendables, como la fecha de vencimiento, y otros son directamente imprescindibles. Estos son los cinco más importantes.
Número y serie de la factura
Todas las facturas deben llevar su identificador correspondiente. Se trata de un conjunto de números y caracteres no numéricos que, además, tienen que ser correlativos. Además, es posible establecer series para organizar la información de forma mucho más correcta.
Fecha de expedición
La fecha de expedición indica el día en el que se emite esa factura. Es importante que la fecha de expedición vaya en concordancia con el número de factura, de manera que no se pueden emitir facturas que tengan correlacionado el identificador pero no la fecha.
Este concepto indicará, asimismo, el periodo de liquidación al que pertenece la factura.
Identificador del emisor y receptor de la factura
También será necesario incluir todos los datos sobre el proveedor de la mercancía o el servicio y el cliente. En la factura deben constar, al menos, los siguientes datos: el nombre de la empresa o nombre y apellidos en caso de que sea un autónomo, la razón social o domicilio y el NIF o el CIF.
Descripción de las operaciones
Deberán consignarse todas aquellas operaciones que formen parte de la factura y que sean relevantes para la determinación de la base imponible, incluyendo el número de unidades vendidas por concepto, su precio unitario y su precio final.
Base imponible y tipo impositivo
Finalmente, será necesario hacer constar la base imponible con la suma de todos los conceptos de la factura, así como el tipo impositivo aplicado y el precio final de la factura. Además, si procede, también habrá que incluir el recargo de equivalencia y el IRPF en caso de un autónomo que aplica este impuesto en sus facturas.