Hace unos años, cuando se puso en marcha la tarifa plana y posteriormente se popularizó, hablábamos del fracaso de esta medida de fomento del emprendimiento. Y los datos no hacen más que corroborar esta creencia.
Según los últimos datos sobre el uso de la tarifa plana de autónomos en España que recoge el diario El Economista, tan solo un 13 por ciento de los autónomos acogidos a esta bonificación (unos 63.000 trabajadores por cuenta propia) continúa desarrollando su actividad tras 24 meses.
Hay que recordar que la tarifa plana supone el pago de una cuota mensual reducida, de 60 euros a la Seguridad Social durante dos o tres años, en lugar de los 286,15 euros que constituyen la cuota mensual mínima en 2021. Esta bonificación es extendida en algunos municipios y comunidades autónomas, que han ampliado el plazo unos meses o años.
Esta ayuda, además de ser ineficaz, supone un enorme gasto para las maltrechas cuentas de públicas, ya que se gasta algo más de 1.200 millones de euros en esta ayuda, de los que 700 millones provienen de la Seguridad Social, y el resto se completa con las ayudas complementarias de algunas comunidades autónomas.
El objetivo del Ejecutivo es que el nuevo sistema de cotización por ingresos reales acabe con esta fórmula de bonificación. En principio, está previsto que esto suceda en 2023, pero todavía queda un largo camino por recorrer, habida cuenta de las discrepacias entre el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, y algunas entidades representativas del colectivo.