Friends, Family and Fools: buscando financiación alternativa en nuestro círculo más cercano

Son muy pocas las personas que pueden comenzar un negocio únicamente utilizando financiación de sus recursos económicos. Normalmente, el capital social mínimo para constituir una sociedad limitada ya es bastante superior al dinero que podemos arriesgar en nuestra aventura empresarial; no digamos ya si queremos que nuestra empresa tenga una cierta solvencia.

Por tanto, una vez que hemos aportado todo lo que podemos, tenemos que empezar a buscar financiación alternativa. Y qué mejor forma de empezar que buscar ese capital entre las personas de nuestro entorno más cercano; al fin y al cabo, ningún banco o inversor va a confiar más en nosotros que ellos. Es la alternativa de financiación llamada Friends, Family and Fools, es decir, obtener la financiación de nuestros amigos, familia o, aunque no pertenezcan a nuestro círculo más cercano, las personas que hemos engañado.

Dejando un lado la tercera de las alternativas (a nadie le gusta ser engañado), la familia y los amigos es la mejor fuente de financiación que podemos obtener. Si tenemos buenas relaciones con ellos, es bastante sencillo que nos presten su dinero para comenzar un negocio. Ahora bien, lo más recomendable es pedirles el dinero una vez tengamos la empresa montada y con perspectivas reales de crecimiento; de esta forma, verán que nuestro proyecto es serio y será más sencillo que aporten un cierto capital.

Lo más atractivo de esta forma de financiación es que no tendremos que pagar intereses y, además, tampoco habrá vencimientos formales. De todos modos, hay que ser muy cuidadoso porque, en caso de que la empresa fracase, se podría romper nuestra relación entre familiares o amigos. No en vano, ya son muchas las relaciones que se han roto por esta razón. Lo ideal es recibir aportaciones pequeñas de muchas personas para minimizar los riesgos. Con poca cantidad que aporten cada uno de ellos, podremos conseguir un montante razonable para continuar nuestro negocio.

Otra alternativa es recibir el activo inmovilizado, como un ordenador o una maquinaria, directamente como donaciones o regalos. De hecho, en España, el activo inmovilizado se puede incluir dentro del capital social de la entidad como aportaciones no dinerarias. De este modo, aunque nuestro círculo más cercano no nos pueda ayudar en forma de dinero, siempre podrá aportar algún bien que nos vendrá de perlas a nosotros como empresa.

Desde luego, teniendo en cuenta la coyuntura que estamos atravesando, tenemos que afinar el ingenio y buscar la financiación de donde sea. Ante esta circunstancia, seguro que nuestro círculo más cercano está dispuestos a ayudarnos.

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