El IPC adelantado de Junio que ha publicado en el día de hoy el Instituto Nacional de Estadística ha reflejado una reducción del 0,1% en tasa interanual, dato que ha preocupado de forma notable a las principales asociaciones de autónomos de España, que ven en esta tendencia un riesgo real de deflación.
Sin embargo, en muchas ocasiones, las razones que se aducen para pedir a las instituciones una acción decidida para luchar contra la deflación no son del todo reales o tan rigurosas como cabría esperar.
Normalmente, se suele decir que la deflación provoca un cambio en las expectativas de los consumidores, que deciden postponer sus decisiones de compra por creer que el precio de los productos va a estar más barato en el futuro, lo que provocaría una reducción en las ventas de las empresas con lo que ello lleva aparejado: mayor tasa de desempleo, quiebras empresariales, etc.
Sucede, sin embargo, que existen muchos productos cuya compra no se puede postponer por tratarse de bienes de primera necesidad, como el pan, el azúcar, la sal o la carne. Y, de cualquier modo, la mayor parte de los consumidores no cuentan con toda la información necesaria para tomar este tipo de decisiones.
De todos modos, sí que es cierto que la deflación aumenta la carga real de las deudas y esto, en un contexto de apalancamiento masivo como en las que nos encontramos, sí puede causar un problema real. En cualquier caso, no debe preocupar que la deflación provoque un aumento en el desempleo porque no parece que exista una causa real.
En Pymes y Autónomos | ¿Qué impacto tiene la deflación sobre los balances empresariales?