En un contexto marcado por la todavía excesiva bancarización del crédito, de la aparición de nuevas fuentes de financiación al calor de las nuevas tecnologías y la dificultad que tienen muchas empresas para obtener recursos económicos con los que continuar su actividad, existen alternativas poco conocidas para que la supervivencia de las pymes sea viable.
Entre ellas se encuentran las sociedades de garantía recíproca, cuya función no es exactamente facilitar financiación como tal a las empresas, sino conceder los avales necesarios y estudiar los planes de viabilidad de las empresas para que éstas puedan obtener la financiación necesaria para continuar su actividad habitual.
En España, estas sociedades han permitido que cerca de 116.000 empresas hayan podido continuar su actividad en España y puedan mantenerse, de esta manera, cerca de 650.000 empleos. Esta continuidad se consigue analizando la situación actual de la empresa en el sector en el que operan y consiguiendo, de esta manera, financiación a medida mediante la presentación de un plan detallado de viabilidad en la entidad financiera correspondiente.
En este sentido, las empresas más beneficiadas de las Sociedades de Garantía Recíproca han sido, evidentemente, las micropymes, empresas de entre uno y diez empleados que más han sufrido la restricción bancaria y la excesiva exposición a este tipo de financiación.
Ante este éxito, el objetivo de estas sociedades, cuyos socios mayoritarios son las propias Comunidades Autónomas, es dar financiación a otras 25.000 empresas a lo largo de este año 2015.
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