Desde siempre la estrategia de comunicación de la pyme con su entorno ha sido fundamental. Nuestros compañeros de Tecnología Pyme, han publicado un post muy explicativo sobre el tema en relación a que las redes sociales no son un altavoz, porque más allá de lo que la empresa quiere transmitir al exterior, proveedores y clientes presentes o futuros, es importante recoger también la información en sentido contrario.
Desde luego la aparición de las redes sociales están suponiendo una auténtica revolución en la relaciones personales, pero también empieza a serlo, cada vez más, en la comunicación empresa-cliente. Nuevas estratégias de marketing están surgiendo con el auge de estas redes, pero, como bien dicen nuestros compañeros, el verdadero potencial del uso de éstas, y también de otros sistemas de comunicaciòn, es tanto en la comunicación empresa-cliente como en la cliente-empresa.
Porque lo que todas las empresas deben fomentar es un canal bi-direccional. Utilizar la información que nuestros clientes pueden darnos, sobre sus gustos, sobre la competencia, la fortaleza de nuestro negocio y las debilidades, la percepción que tiene el mercado sobre nuestra marca, para trabajar sobre todos estos aspectos y poder mejorar o satisfacer nuevas demandas.
El mercado en el que nos encontramos, sea cual sea el sector en el que desarrollamos nuestro negocio, está en constante cambio. Debemos estar en constante vigilancia para poder adaptarnos a ellos y una de las mejores maneras en tomar el pulso del cliente.
Es importante saber lo que el cliente quiere y cómo lo quiere a la hora de marcar nuestras estrategias. También a la hora de saber transmitir al mercado nuestro trabajo, nuestra filosofía o nuestra imagen, si conocemos lo que la gente espera y no espera de nosotros, sabremos dónde poner más enfasis para lograr nuestros objetivos.
Por supuesto, debemos de estar preparados para escuchar cosas que no nos gustan, procesar esa información y saber que hacer con ella. Saber aprovechar nuestros errores para ponerlos a nuestro favor, en conclusión, tener los ojos y las orejas muy abiertas y fomentar ese intercambio de datos.
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