En la actualidad hay muchos negocios que están pasándolo francamente mal, ya que a duras penas cubren sus gastos corrientes, lo que les sitúa en una peligrosa espiral que puede acarrearles la ruina económica.
Estos empresarios, al no contar con demasiadas opciones, se aferran a su negocio como a un clavo ardiendo, sin contemplar que permanecer en esa situación les perjudica.
Tomar la decisión de cerrar un negocio, cuando nos costado esfuerzo ponerlo en marcha, y se trata también de nuestro medio de subsistencia, es realmente dura, pero hay vuelta atrás, si después de haber emprendido cambios no logramos solventar la situación.
De manera que lo más interesante es contar con una actitud crítica, que nos permita valorar los acontecimientos desde un punto de vista objetivo, ya que si actuamos así lograremos tomar la decisión más acertada, sin posponerlas en el tiempo, y agotar un precioso tiempo para que las consecuencias sean mucho más lesivas para nuestro negocio e incluso para nuestro patrimonio.
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