La convergencia hacia un mayor control fiscal parece imparable. Las grandes empresas se ven empujadas por el SII, el Sistema de Información Inmediata, que obliga a presentar las facturas ante la Agencia Tributaria en dos días. El sistema funciona, pero España es un país de pymes y autónomos. Por eso hay una parte que todavía no está controlado, por eso Hacienda quiere convertir al cliente en delator si una factura no se ha contabilizado correctamente.
¿Qué es lo que busca? Que los clientes puedan verificar que la factura que les han hecho ha sido contabilizada correctamente y no eliminada. Porque si se produce este hecho tendremos un doble fraude, por un lado no se ingresará el IVA de dicha factura a la Agencia Tributaria, pero en cambio si se ha cobrado al cliente.
El modelo del Ticket Bai vasco como ejemplo
Es aquí donde el código QR, con el que muchos nos hemos familiarizado en la pandemia. Es aquí donde el modelo vasco de Ticket Bai, con el código QR de la factura obligatorio, además de otros muchos requisitos, que hacen que el sistema de control, creado precisamente para pymes y autónomos sea complejo, y como ha demostrado la experiencia, no muy sencillo de poner en marcha.
La Agencia Tributaria apuesta por un sistema más sencillo, pero más rápido de poner en marcha. Basta con hacer obligatorio el código QR en las facturas, de manera que el cliente pueda leer y comprobar siempre que su factura se ha contabilizado correctamente. Esta medida está contemplada en el proyecto de ley para el reglamento de la facturación.
La finalidad de este requisito es acabar con los programas de doble contabilidad. Es el primer paso para la implantación del Ticket Bai a nivel nacional. Se trata de imponer un sistema no tan estricto como el que tiene el modelo vasco, pero con un efecto disuasorio evidente. Porque es el cliente el que leyendo el código QR de su ticket puede remitirlo a la Agencia Tributaria para saber si se ha contabilizado correctamente.
Dicho de otra forma, una empresa que hace una doble contabilidad, que entrega una factura a un cliente sobre la cual luego no informa a Hacienda y no paga IVA, puede ver como dicho cliente informa a la Agencia Tributaria de dicha factura que puede cruzar datos y ver que no está correctamente contabilizada.
Nunca vamos a saber qué cliente se ha chivado, por lo que hacer una doble facturación tendrá un riesgo evidente. Y todo esto de cruce de datos que puede parecer ciencia ficción o muy complicado de hacer, hoy en día con la automatización de procesos es prácticamente inmediato.
El camino parece claro, bajar límites del SII por la parte alta e incluir en la red de control y remisión de facturas a los más pequeños, que a su vez son los más numerosos. Puede que no sea dentro de un año o dos, pero a medio plazo el modelo de control en tiempo real se acabará por imponer.
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