Asesor, gestor, economista, banquero por horas, estudiante en prácticas, contable en nomina, auditor, la sobrina de mi vecina que acabo un ciclo de formación profesional, o a lo mejor no es tan complicado llevar la contabilidad y me hago un curso de unas horas y llevo yo las cuentas, al fin y al cabo soy muy hábil, me acuerdo de aquel curso de pintura que hice y lo bonitos que me quedaban los cuadros en poco tiempo.
Pienso en mi contabilidad, ¿qué es la contabilidad?, tengo una idea pero no se si preguntarle a la sobrina de mi vecina, pero si lo hago a lo mejor ya tengo que contratarla. No se quizás deba contratar un profesional, pero por donde empiezo a buscar contable.
El maniqui me sigue mirando, pero que leches miras, debías de estar sin cabeza, como el que tienes al lado, me acuerdo del contable, con cabeza o sin cabeza, que mire o no mire, las cosas bien hechas o mal hechas. Miro mi smartphone, entro en las redes sociales, busco entre mis contactos y encuentro varios contables y asesores, me gusta la idea, me voy para casa.
Enciendo el ordenador, ahora voy a buscar mi contable, vuelvo a entrar en las redes sociales y veo los perfiles profesionales, experiencia y formación, este escaparate me gusta, mando unos cuantos emails y en poco tiempo tengo contable, este parece que tiene cabeza, la contabilidad de una empresa es una cosa muy seria, me lo dijo la sobrina de mi vecina, si la llevas bien te ayudara en tu negocio y si la llevas mal no sabrás ni cuanto ganas ni cuanto pierdes.
En Pymes y Autónomos | La orquesta de impuestos debe de estar bien afinada
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