Un autónomo que facture 2.000 euros al mes puede llegar a disponer de menos de 1.000 euros. La voracidad confiscatoria del estado puede hacer que un autónomo llegue a disponer de menos de la mitad de lo que realmente ha facturado por el trabajo realizado.
Las últimas medidas aprobadas del Gobierno para intentar reducir en la medida de lo posible el déficit estatal han ido en esta dirección. La subida del IVA (del 18% al 21%) y el aumento de las retenciones a cuenta del IRPF (de 15% al 21% hasta finalizar 2013 y del 19% a partir de 2014) tendrán con toda probabilidad el efecto contrario al deseado por el ejecutivo.
Las asociaciones de autónomos como ATA y UPTA ya han puesto el grito en el cielo, cifrando el aumento de pago al estado en unos 1.100 euros por autónomo de media. Toda una sangría que hará que aumente uno de los grandes problemas de nuestro país: la economía sumergida.
No es ya solo que trabajadores que estaban pensando regularizar su situación se echen para atrás y finalmente sigan trabajando facturando sus trabajos en negro, si no que además es más que probable que se produzca una baja generalizada de autónomos que pasen a formar parte de la economía sumergida, por lo que el efecto será muy posiblemente el contrario al que esperan desde el Gobierno.
A todo todo esto se añade que la base máxima de cotización de un autónomo aumentará un 5% y la mínima un 1% en 2013. Es decir, un profesional por cuenta propia pagará mensualmente a la Seguridad Social el 26,5% de su cotización, como mínimo 227.56 euros, 2,26 euros más al mes y 27,12 más al año.
Pero no acaba aquí la cosa. La subida del IVA hará que muchos autónomos tengan que reducir sus márgenes comerciales, absorbiendo ellos mismos la subida, o bien repercutir el importe en el cliente, reduciendo de esta manera su facturación. Sea como fuere, es un grave daño a los trabajadores autónomos, con una carga fiscal que les ahoga. Y es que, al igual que la película de los Coen Brothers, España no es país para autónomos.
En Pymes y Autónomos | La subida de las retenciones a cuenta del IRPF para los profesionales
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