El 86 por ciento de los autónomos cotizan por la base mínima, un porcentaje que aumenta al 90 por ciento cuando hablamos de los autónomos menores de 40 años, según un reciente informe realizado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
Por el lado contrario, una minoría cotiza por una base tres veces mayor a la de la base mínima. En concreto, menos del 1 por ciento (0,8%) de los autónomos que están dados de alta como personas físicas tiene una base de cotización superior a los 2.673,3 euros.
Evidentemente, la razón fundamental que explica que la mayoría de autónomos jóvenes todavía coticen por una base tan baja es que, al poder elegirla libremente, no existe necesidad de pagar una cuota mayor a la Seguridad Social, especialmente en los primeros años de actividad y sin una relación directa entre esa base y la pensión de jubilación.
Sin embargo, una cotización tan baja puede abocar al autónomo a vivir peor cuando se jubile y, desde luego, con bastantes más dificultades que los asalariados. De hecho, la pensión de jubilación de los trabajadores por cuenta propia es un 40% inferior a la de los trabajadores por cuenta ajena, lo cual es consecuencia directa de una base de cotización menor a lo largo de toda su vida laboral.
Parece difícil que se revierta esta situación, habida cuenta de que la cotización actual de los trabajadores jóvenes no influye en su prestación futura y de que los ingresos de los autónomos son, de media, bastante bajos. Lo ideal sería que se estableciese un sistema según el cual se cotice en función de los ingresos reales del autónomo con el fin de evitar este tipo de disfunciones.
En Pymes y Autónomos | Congelada la base mínima de cotización para los autónomos en 2017, al menos por ahora
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