A la hora de realizar un contrato de trabajo lo más habitual es que se paga un bruto anual que el empleado administra a su conveniencia. De aquí hay que descontar las deducciones de Seguridad Social o IRPF. Y es al aplicar esta última cuando tanto a la empresa como al empleado le interesa la opción de tener una retribución flexible, que puede suponer una subida de sueldo que a todo el mundo le viene bien.
Normalmente se ofrece como retribución flexible vales de comida, para que los empleados puedan pagar con ellos en bares y restaurantes la comida diaria, vales para transporte, que utilizan aquellos que se desplazan al trabajo en transporte público. Otras alternativas son el cheque guardería o el seguro médico privado. En todas ellas tiene que existir un acuerdo entre empleado y empresa para permitir dicha retribución.
El ahorro en el IRPF es la clave
Para el empleado es interesante porque la cantidad que le pagan con la retribución flexible no tributa por IRPF, dentro de unos límites. Por ejemplo con los vales de comida actualmente está fijado en 11 euros. De esta manera empleado y empresa pueden acordar que una parte del salario, siempre inferior al 30% se pague de esta manera.
Puede ser con los tickets para la comida, pero también existe el mismo concepto para pagar la guardería de los menores de 3 años o el seguro de salud privado del empleado o para el transporte público. El empleado ve menos dinero ingresado en su cuenta corriente, pero parte de sus gastos que genera cada mes los tiene cubiertos.
La base de cotización no cambia, pero si el IRPF, dado que al total de nuestro sueldo le tenemos que restar lo destinado a estos conceptos. Pongamos un empleado que gana 21.000 euros anuales y decide destinar cada mes 450 de ellos a su retribución flexible. La empresa en lugar de aplicar la retención que le corresponda por los 21.000 euros lo hará por 15.600 con lo que se ahorrará una parte importante en impuestos.
El resultado es que el empleado sale ganando ya que tiene más dinero en su bolsillo. Para la empresa es una forma de fidelizar al empleado y poder pagar de media un 5% más de salario sin aumentar los costes laborales. Podría llegar más interesante todavía si se volviera a la situación precedente a 2013 y salieran de la cotización de la Seguridad Social, lo que da más margen para mejorar salarios sin aumentar costes.
¿Y si no me interesan esta retribución?
¿Qué ocurre si un empleado se desplaza en bici o en coche, lleva su fiambrera con su comida desde casa y no está interesado en el seguro de salud? Este tipo de retribución es voluntario, fruto del acuerdo entre empleado y empresa. Puede que no le interese el ticket restaurant, pero si un horario de trabajo sin jornada partida. Hay que saber dar algo que el empleado valore de verdad.
El trabajador puede decidir utilizar esa misma cantidad de dinero y dedicarla a un plan de pensiones para, además de tener una bonificación fiscal tener, llegado el momento un complemento de su salario. Las empresas también pueden ofrecer este tipo de soluciones, por ejemplo si tienen algún acuerdo ventajoso con alguna entidad financiera.
El objetivo es ofrecer al empleado una forma de retribución que sea beneficioso para él y a la vez ayude a valorar más su empresa y comprometerse con ella. En este sentido la formación externa es una de las mejores opciones, ya que tiene exención fiscal sin límites para cursos relacionados con el puesto de trabajo.
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