En muchas ocasiones hablando con autónomos se quejaban de haber estado cotizando durante toda su vida profesional y al jubilarse cobrar la pensión mínima. Habían cotizado siempre por la base mínima y no se preocuparon por ahorrar. Por eso no debe extrañar que jubilarse y seguir trabajando sea el día a día de más de 40.000 autónomos.
Porque con la pensión que cobran no les llega para mantener el nivel de vida al que sus ingresos les tenían acostumbrados. La jubilación activa implica cobrar una parte de la pensión, pero poder seguir trabajando y facturando. En España con los últimos datos del Ministerio de Trabajo a septiembre de 2018 existían 48.264 jubilados que optaron por la jubilación activa. De ellos 40.794 eran autónomos.
Hay que tener en cuenta que las condiciones para acceder a la jubilación activa si se cumplen el trabajo puede compatibilizarse con el cobro del 50% de la pensión. Desde el 26 de octubre de 2017 si el pensionista de jubilación trabaja por cuenta propia y acredita tener contratado al menos a un trabajador por cuenta ajena, la cuantía de la pensión compatible con el trabajo alcanzará el 100%. Se encuentran en esta circunstancia más de 9.000 autónomos.
La realidad es que llegado el momento de la jubilación si tenemos un negocio no es raro que muchos opten por la jubilación activa, especialmente si el negocio funciona bien. Contratan a alguien y ellos pasan a un segundo plano, pero pueden cobrar la pensión completa y los ingresos complementarios que genere el negocio.
En otros casos el ahorro para la jubilación pasa por un traspaso de negocio o un venta de licencia, como podría ser el sector del taxi, por ejemplo. En el caso de los autónomos que son profesionales independientes, un abogado, un electricista o un agente de seguros pueden intentar mantener su cartera de clientes y aunque no busquen nuevos clientes mantienen lo que tienen con un perfil bajo al menos durante unos años.
Porque la jubilación activa tiene como inconveniente que no se puede prolongar durante demasiado tiempo. Serán unos años, los que nos permita nuestro estado de salud, ya que no es raro que un deterioro de esta implique la imposibilidad de seguir trabajando. Por eso mejorar la base de cotización, crear planes de ahorro o de pensiones privados es una buena opción para complementar nuestros ingresos llegado este momento.
Imagen | Bichuas (E. Carton)