Una de las primeras tareas que debe afrontar la administración concursal de una empresa es la determinación de la masa activa y la masa pasiva. Este procedimiento pretende determinar cuáles son las deudas que tiene el contraida la empresa y qué bienes pueden utilizarse para la satisfacerlas.
La masa activa del concurso comprende todos los bienes patrimoniales de la empresa concursada en la fecha de declaración de concurso. La masa pasiva son aquellos créditos (deudas) contraidos por la empresa y que se pueden incluir en el concurso (créditos concursales).
En la masa activa tambiñen se incluyen los bienes adquiridos después de la solicitud del concurso, ya que la actividad empresarial de la sociedad continúa. De esta masa activa habrá que separar los bienes que no sean propiedad de la empresa o los que aun siéndolo están afectos a créditos con derecho de ejecución separada del procedimiento concursal. El resultado final es el inventario de la masa activa.
Para determinar la masa pasiva los acreedores que tengan créditos pendientes de cobro con la empresa habrán de comunicarlo a la administración concursal, que se encargará de reconocerlos y clasificalos.
Hay otro tipo de créditos, los denominados créditos contra la masa, que no forman parte de la masa pasiva y tienen preferencia con respecto a los créditos concursales y con cargo al activo. Estas deudas no requieren ni comunicación, ni reconocimiento y sus titulares no integran la Junta de acreedores.
Constituyen créditos contra la masa todos los gastos y costas judiciales originados con motivo del concurso y las deudas que se originan como consecuencia de la continuidad de la actividad de la empresa concursada: el pago de créditos, las indemnizaciones por resolución de contratos, los contratos laborales, etc.
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