Una de las estadísticas del plano laboral en la que España sale peor parado, junto al conjunto de los países europeos del sur, respecto a los más septentrionales, es el elevado absentismo laboral que se produce.
Para luchar contra este fenómeno, el gobierno español se planteó en el pasado mes de agosto la posibilidad de reducirlo, mediante un mayor control sobre las bajas laborales que dan lugar a que las empresas españolas pierdan por término medio hasta 11,4 días por trabajador cada año.
En este empeño, se ha proporcionado un mayor poder a las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que a partir de ahora podrán dar el alta a los trabajadores y trabajadoras cuando se haya producido silencio administrativo en el plazo de cinco días por parte de la sanidad pública.
Este cambio normativo aún no está en vigor, lo estará en los próximos meses ya que se aprobó ayer viernes en Consejo de ministros, y abrirá el debate de si el conjunto de los trabajadores solicitan la baja laboral debidamente en todos los casos. En mi opinión creo que se trata de una cuestión cultural, ya que en muchos casos se obvia que este instrumento está constituido para cuando realmente se necesita, y que su uso fraudulento supone unas pérdidas millonarias para nuestro tejido empresarial, máxime bajo una coyuntura en la que muchas empresas tienen verdaderos problemas para abonar las nóminas cada mes.
En Pymes y Autónomos | La nueva reforma laboral: la negociación colectiva Imagen | Leandro Martínez