Ayer saltó la noticia en muchos medios. Las empresas podrán acceder, espiar, leer, el correo electrónico corporativo de sus empleados y vigilar el uso que hacen de Internet siempre que avisen de dicha vigilancia a sus empleados o candiatos. Pero hoy en día todos tenemos un teléfono con acceso a Internet, pero ¿quién controla el uso de tu smartphone privado en la empresa?
Porque casi todo el mundo está de acuerdo que el mal uso no está tanto en la utilización en sí misma de un correo personal a través del correo corporativo o echar un vistazo a una página web personal. Lo que se penaliza es el abuso, estar todo el día más pendiente de facebook, el periódico o cuestiones personales a través del correo que de cuestiones laborales para las que se utilizan estas herramientas.
Porque además en muchos casos estas consultas, estos mensajes ya se hacen a través del smartphones privados. Aquí es muy complicado mantener un control, más allá de tratar a los empleados como colegiales obligándoles a no tener el smartphone encima de la mesa y guardarlo en sus bolsillos.
Por otro lado, lo malo de esta cuestión es que estos avisos muchas veces se firman a la vez que se rubrica el contrato, con otros muchos más y los empleados no son conscientes, al menos no del todo, de lo que han firmado. Tampoco existe conocimiento de las sanciones que se poducirán en caso de mal uso, que en muchos casos no están expuestas en el documento que se ha firmado.
Tampoco la extensión de esta vigilancia, si sólo se va a monitorizar el uso o se va a acceder al contenido de mensajes de correo. Las empresas tienen que indicar claramente el objetivo de dicha vigilancia y establecer unos límites claros. Y siempre avisar al empleado de dichas acciones o los cambios en las políticas de vigilancia que se produzcan.
En otras ocasiones ni siquiera vienen tipificadas en el convenio colectivo al que se acoge la empresa. Este suele el principal problema. Se desconoce el alcance que puede tener enviar un correo personal a través de la cuenta de correo que nos facilita la propia empresa.
En Pymes y Autónomos | Revisar las redes sociales de los empleados, ahora es necesario el consentimiento