A la hora de encontrar un empleo en nuestro país existen dos vías fundamentales. La primera de ellas y muy efectiva son los contactos y conocidos que nos ayudan. Aquí tenemos acceso sobre todo a las vacantes de puestos de trabajo que no llegan a hacerse públicas. En el segundo caso, donde se abre un proceso de selección, el currículum es nuestra tarjeta de presentación. Pero ¿cómo redactar un buen currículum para lograr un empleo?
Parece que es algo sencillo, que basta con ir añadiendo la información que puede ser de interés, pero si lo que intentamos es destacar sobre el resto de candidatos, tenemos que poner algo más. El objetivo es que el currículum cumpla con su función, que el responsable del proceso de selección lo lea.
El currículum cronológico
La ordenación temporal es la más habitual. Ordenamos la información de forma temporal, tanto en el ámbito laboral, donde comenzamos reseñando nuestro último trabajo, y vamos añadiendo después todo el resto de experiencia laboral. Lo mismo con la formación, tanto reglada como otro tipo de cursos. Los idiomas no suelen mostrarse con este modelo cronológico.
Lo malo de este modelo es que muchas veces no destacamos el trabajo en el que hemos tenido más responsabilidad, un puesto más interesante, donde hemos tenido que utilizar un mayor número de nuestros conocimientos o de nuestras habilidades. Estos pueden quedar enterrados, sobre todo si ya tenemos bastantes años de trabajo a las espaldas o hemos cambiado de empresas en muchas ocasiones.
El currículum por habilidades
Por eso muchas veces se apuesta por el modelo de currículum por habilidades, donde vamos a contar qué sabemos hacer y dónde hemos utilizado estos conocimientos. De esta forma podemos adaptar y ordenar el currículum en función de los requisitos de la oferta vacante a la que queremos optar.
Este modelo no es tan habitual, y en muchas ocasiones choca un poco con lo que esperan o el repaso que luego nos hacen en la entrevista, para que contemos un poco en qué empresas hemos trabajado, porqué cambiamos de trabajo, o qué esperamos de la nueva empresa. La formación muchas veces tampoco queda del todo clara, por lo que muchos siguen dejando esta organización como un punto a parte.
Adaptado al sistema europeo
Si lo que buscamos es un trabajo en Europa existe un modelo de currículum europeo. En este caso son los idiomas una de las competencias que más nos interesa destacar. Además luego tendremos que adaptar el currículum a la cultura de cada país, sobre todo en lo que se refiere a la carta de presentación.
También una organización de la información que presentamos y por supuesto, redactar el currículum en el idioma del país donde queremos trabajar, además de algunas cuestiones que debemos tener presentes, como si ponemos o no foto, ya que en muchos países se supone que si ponemos foto es porque creemos que nuestra apariencia puede jugar a nuestro favor en las opciones de contratación.
Otros datos de interés
En nuestro país no es tan habitual, pero en muchas ocasiones dice mucho del candidato sus aficiones o lo que hace en su tiempo libre fuera del trabajo. En este apartado también se han colado los perfiles sociales, que pueden ayudar a hacerse una idea de como se relaciona con otras personas.
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Imagen | Fernando Guillen