Cuando estás en búsqueda de empleo, la forma en que presentas tu experiencia en el currículum puede marcar la diferencia entre ser seleccionado para una entrevista o pasar completamente desapercibido.
Un error común que cometen muchos candidatos es enfocarse en enumerar cargos o tareas concretas que han llevabo a cabo y olvidarse de aquellos logros concretos y medibles que pueden valorar las empresas más allá de una lista de actividades.
Logros medibles
El "yo hice", aunque se presente como una lista de tareas en un currículo, oculta una trampa: ocupa espacio, pero no tiene un impacto real en tu trabajo (o el acceso a tu futuro trabajo). Por eso, los reclutadores están recomendando cambiar esta práctica común por mostrar resultados.
Según Miguel Navarro, CEO de Productividad Feroz en una entrevista para COPE, los equipos de recursos humanos ven constantemente cómo los candidatos describen tareas, y no logros medibles. Por ejemplo, se repite una y otra vez el famoso: “Yo hice informes mensuales” o "Sé utilizar Photoshop y Lightroom", pero no se transmite cómo y por qué esa información es relevante y qué puede aportar al puesto.
Además, estos currículos centrados en tareas suelen pasar desapercibidos, ya que no inspiran confianza real en las habilidades del futuro empleado. "Diseñé una estrategia... que aumentó el tráfico un 30 % durante el primer año de la campaña" tiene valor; si te quedas en las tres primeras palabras de esa frase, no tanto. Quizá incluso te resta más de lo que te suma.
En este sentido, vale la pena incorporar un párrafo breve con tus habilidades y objetivos profesionales (depende del trabajo, puede ir incluso al inicio de nuestro currículum, pero dependerá del puesto) y organizar formación y experiencia, según nuestra trayectoria, desde lo más actual a las primeras formaciones relevantes, y aquello que más predomina en nuestro historial.
Trabajo en equipo
Más allá del impacto tangible, que debería centrarse en cifras, logros y éxitos, deberías tener en cuenta los resultados de equipo, puesto que la mayoría de las empresas buscan profesionales que contribuyan al éxito del grupo.
Para ello, el experto defiende el uso de frases como: “Colaboré con el equipo de ventas para superar los objetivos trimestrales en un 10 %” o “Lideré un equipo multidisciplinar que entregó el proyecto antes del plazo establecido”. En otras palabras, afirmaciones que proyectan aquellas habilidades que nos interese destacar: liderazgo, capacidad resolutiva, colaboración...
En cambio, es frecuente incluir información redundante o irrelevante (y olvidarse de agregar las redes sociales o profesionales más importantes en las que tengamos presencia digital). Una vez más, Navarro recomienda priorizar las actividades y capacidades relacionadas relacionados con el puesto al que aspiras. Igualmente, evita frases hechas o clichés como “trabajo bajo presión” sin aportar ejemplos que respalden esta afirmación.
En pocas palabras, al redactar tu currículum, evita centrarte exclusivamente en las tareas que realizaste (bórrate el "yo hice") y prioriza los resultados que has obtenido, respaldados con datos y ejemplos caros.